SESENTICINCO

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—Yo... —empezó a hablar Yoongi. —Lo siento por aparecer así, es que... Quería hablar contigo en persona.

¿Hablar sobre qué?
Pensó Jimin.

Después de mirarlo de pies a cabeza, hizo realización de lo mojado que el pobre chico estaba y lo tomó de sus brazos obligándolo a adentrarse a su casa.
—Entra, te vas a enfermar.

Yoongi tiritó chiquito en su lugar.

—¿Por qué no te abrigaste? —le preguntó Jimin.

—Uh... No revisé el clima antes de salir. —dijo inocente y claramente mintiendo. Pero su respuesta hizo sonreír al otro chico.

—Que tonto.

Yoongi sonrió también. Pero luego de unos segundos pensó que era momento de actuar a lo que realmente había ido a la casa del bonito chico.

Pero en ese instante, solo siguió a Jimin escaleras arriba hacia su habitación con un millón de pensamientos en su mente.

Cuando estuvieron dentro, el básquetbolista aprovechó para retirar su sudadera mojada, Jimin trató de ignorar como la piel pálida de su espalda claramente relució ante su ansiosa mirada y respiró hondo.

El pánico se adueñó de él al pensar en las mil cosas malas que podrían pasar a partir de ahora. En qué carajos irá a salir de la boca del otro.

—Escucha, Jimin... Sobre lo de anoche-

—Lo siento. —interrumpió Jimin, con la cabeza agacha mirando sus manos un poco(mucho) avergonzado. —Yo... Lo siento tanto, Yoongi, en serio.

Yoongi se volteó hacia él confundido.

—No tienes que decir nada, es cierto. —habló de nuevo el más pequeño, con su voz temblorosa y esos ojos empezando a cristalizarse, Yoongi entendió lo que sucedía. —No debí besarte, perdón si hice que te sintieras de alguna manera presionado, en serio perdóname.

—¿Qué?

—No quiero perderte por esto, Yoongi.

El deportista empezó a acercarse al chico preocupado.
—Jimin-

—Eres un gran amigo y no quiero que todo se arruine por mi culpa, porque me dejé llevar, sólo perdóname.

—Jimin, no-

—Solo sigamos siendo amigos, por favor, olvidemos todo y-

—¡Jimin! —repitió esta vez más fuerte, acunando delicadamente su sonrojado rostro en las palmas de sus manos, sintiendo como temblaba.

La única reacción que pudo pensar para calmarlo fue besarlo, y lo hizo.
Juntó sus labios cerrando los ojos.

Jimin quedándose sorprendido por unos segundos, pero cuando Yoongi movió sus labios intensificando ese beso, se dejó llevar, tratándo de estirarse sobre las puntas de sus pies adornadas con calcetines, aunque la estatura entre él y el chico no fuera tan diferente.

Una vez que se separaron para respirar, Yoongi dejó ir su rostro y suspiró pesado evitando su mirada, Jimin se preocupó de nuevo.

—Dios... —exclamó frotando las manos en su rostro, como no pudiendo creer que acababa de besar al chico más lindo que nunca antes había visto. El chico que le puso el mundo de cabeza.

Se sentó sobre la cama de Jimin y miró perdido el piso de la habitación.
—Lamento tanto haber escapado así ayer, Jimin. En serio. —le dijo mientras jugaba con sus manos nerviosas en su regazo. —No sé por qué me asusté tanto. —se expresaba el capitán.

El pequeño guitarrista pudo notar y observar el miedo instalado en los ojos de Yoongi, e inmediatamente sintió esa urgencia de abrazarlo y protegerlo, se vió a si mismo en aquellos ojos llenos de temor y confusión. Si había alguien que podía entender al mayor en esta situación, dejenme decirles que definitivamente era Park Jimin.

—Yo... No sé si estoy listo, Jimin. No sé quién soy, no sé que me está pasando, que nombre ponerle a esta crisis... Y no es que no quiera, ya sabes... Besarte, lo quiero, maldita sea, lo hago; pero estoy tan confundido que me asusta. —termino de decir para finalmente largar un ronco sollozo y echarse a llorar.

El menor reaccionó rápidamente sentándose al lado del chico, abriendo sus brazos, invitándolo a esconderse en su pecho, a desahogarse con él, a que en sus brazos encontrara un lugar cálido en el que se sintiera comprendido.

Y el mayor aceptó, lo abrazó, rodeando fuerte esa pequeña cintura, y lloró, se refugió en el cuello de Jimin.

El menor dejó que el más grande llorara por unos minutos mientras le acariciaba el cabello húmedo.

Lentamente, Yoongi se reincorporó y conectó miradas de nuevo con Jimin, encontrándose los dos a pocos centímetros de distancia.

—Necesito tiempo para esto, Jimin. —le dijo mientras formaba un pequeño puchero con sus finos labios.

El menor miró lo arruinado y triste que se veía, como el mayor le suplicaba algo, y simplemente no se permitió a decir ni una sola palabra, él entendía, sabía que Yoongi necesitaba un tiempo para aclarar sus dudas, asimilar y charlar desde lo profundo de su corazón con sí mismo.

Así que sólo sonrió.

Sonrió asintiendo y acarició con su pulgar la mejilla mojada por las lágrimas del capitán del equipo de básquet.

Yoongi suspiró y volvió al cuello de Jimin, este rodeándolo de vuelta en sus brazos.

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⏰ Última actualización: Oct 12, 2023 ⏰

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