•Fallen Ángel•

Capitulo 4: Alianza Fragil

—"¿Podrias.. dejar de hacer eso?"— Pregunte con notable irritacion, intentando quitar el humo de mi alrededor con la mano. La señorita de largo pico no se molesto en responder y me miro con indiferencia mientras le daba una larga calada a su cigarrillo barato para instantes despues soplar una densa nube negra hacia mi cara. El humo del cigarrillo serpenteo con desdén hacia mi rostro. El olor, denso y penetrante, se instala en mis fosas nasales, creando una barrera de molestia que me es imposible ignorar. Cada bocanada expulsada por el fumador se convierte en una afrenta personal, una intrusión no solicitada en mi espacio. El regusto amargo y acre del tabaco se adhiere a mi piel y ropa, como si intentara fusionarse con mi ser.

—"No"— Responde rotundamente sin molestarse en mirarme esta vez, le da una ultima y larga calada al cigarrillo, hasta que solo queda el filtro y me mira antes de soplar, soltando algunos anillos de humo perfectos, que pasan sobre mi cabeza y desaparecen en la oscuridad de la noche. Deja caer el filtro a la acera y lo pisoteo antes de que ella pueda hacerlo, suspiro un poco y miro la bolsa de plastico barata con las cosas que compre en la farmacia en mi mano libre, asegurandome que no falta nada, con unas vendas y alcohol tendra que ser suficiente.

Ahora que lo pienso, ¿Porque demonios la estoy ayudando? Ella no me pidio que lo hiciera.. estaban pasando tantas cosas al mismo tiempo que no pense con claridad. Muy tonto de mi parte, pero.. me paso una mano por el cuello y siento un dolor agudo. Ese tipo casi me mata, y ella me salvo el culo, podria haber aprovechado para escapar, pero no lo hizo. Probablemente tampoco estaba pensando. Supongo que esto es lo menos que puedo hacer para agradecerle, a pesar de que sea un dolor de huevos.

—"Oye, uh.. ¿Como te llamas?"— Pregunte en un intento de entablar una conversacion, y ella en respuesta se quejo en silencio, murmurando algo. Perdon por intentar ser amable.

—"... Fang"— Respondio con desden mientras miraba cualquier cosa que no sea yo.

—"Bueno, el mio es Sebastian, es un pla.."— Antes de siquiera poder terminar de presentarme, esta chica, Fang, comenzo a patear una lata de refresco vacia, haciendo bastante ruido. Hago una mueca, capto la indirecta y no digo nada mas, niego con la cabeza y continuamos caminando en silencio. Que grosera.

...

Camine por varios minutos, siendo guiado por Fang mientras la ayudo a caminar, esa apuñalada debe doler como el infierno, y ni hablar de los otros golpes que recibio, pero parece ser una tipa dura. Al doblar en una esquina ella hace que nos detengamos frente a un edificio de unos tres pisos.

—"Aqui"— Dijo haciendo un gesto hacia el edificio; parece envejecido pero aún en uso. No luce abandonado, pero muestra signos de desgaste con la pintura desgastada y las ventanas empañadas. La entrada principal ya no es tan imponente como solía ser, y se siente tranquilo alrededor. Los escalones crujen al caminar, y el interior refleja días más activos en el pasado. Las lámparas tiemblan ligeramente y el lugar parece estar en calma, aunque su antigua gloria ha disminuido. Perfecto para una pelicula de terror o alguna mierda de ese estilo.

—"¿En que piso vives?"— Pregunte, mirando las escaleras con temor.

—"En el segundo.. ¿Porque?"— Respondio, mirandome con una ceja levantada.

—"Pues.. para ayudarte a llegar, ¿No?"—

—"No me hagas reir skinnie, puedo arreglarmelas yo sole"— Dijo riendo sarcasticamente antes de dejar de apoyarse en mi para apoyarse en la pared. Pude ver que hacia una mueca por el dolor y soltaba un quejido que intento ahogar. Sinceramente no entiendo, ¿Porque se niega tanto a recibir algo de ayuda?, si no fuera TAN terca probablemente ya estariamos en su departamento. Un suspiro escapa de mis labios y me cruzo de brazos.