Prólogo.

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Fuego que quema el alma.

Fecha, miércoles dieciocho de noviembre, una y cinco de la madrugada, lugar Carson city, Nevada. lo que en un principio sería una noche normal para cualquier otra persona, se convertiría en cuna de anécdotas y recuerdos de pesadilla para los habitantes de aquella ciudad, algunos irrespetuosos llegando a llamarla como "La noche roja, la vez en la que la tierra y el infierno se besaron".
Solo para poco después ser simplemente llamada como "la noche roja", bautizada así por varios de los noticieros, reporteros y blogs de noticias más importantes de la época, un suceso anómalo sin precedente alguno, cuyo origen es desconocido, pero que su existencia se extendió por todo el mundo con la velocidad de un rayo y la fuerza de un tifón.

Hasta hace pocos minutos antes de la anomalía, la gente paseaba tranquila por las calles de la ciudad en la clara noche, la luna brillaba con una hermosa luz blanca y el viento soplaba levemente con un toque frío que anunciaba la llegada del invierno. "La noche era tranquila... Recuerdo que estaba con mi familia, había sido una semana pesada, pero por fin podía darme mi tiempo para reunirme con mis hijas. Pero luego empezó..." contó Julio Torrez (32 años) operador en una empresa de alimentos. Inesperadamente comenzó un terremoto categoría 5.5 el cual duró alrededor de quince segundos, siendo más que suficiente para alertar a toda la población, al momento que se detuvo, la energía se cortó y la gente empezó a correr por el pánico, buscando a oscuras un lugar seguro.
Cuando entonces de la nada y a la vez de todos lados, un enorme silbido empezó a resonar del cielo con una poderosa fuerza, la gente desde donde sea que estuvieran cayó rendida al suelo al escuchar aquel ruido agudo, el cual perforaba los oídos y rebotaba dentro de las cabezas de las personas que ahora intentaban cubrir sus oídos sangrantes. Habían pedazos de vidrio por todos lados, la gente atemorizada intentaba resguardarse de las ventanas, eran cientos los pedazos que caían al suelo, casi como si fuera confeti.
Varios testigos habían afirmado que al mirar el cielo vieron horrorizados cómo es que la luna que antes brillaba en el cielo había desaparecido y que en su lugar un enorme halo de luz se formaba de entre las nubes. Su brillo era tan intenso que iluminaba todo el cielo nocturno con un tono rojizo "Aquella cosa era tan incandescente como el sol mismo, su brillo era hermoso, no puedo sacarlo de mi cabeza, era una bella armonía hipnótica de tonos rojizos. Sentía cómo es que mi piel empezaba a quemarse al estar en contacto con su luz. Sentía como estaba empezando a arder, todo mi cuerpo me dolía, mis manos, mi cara... mis ojos, era un dolor que no puedo describir, pero era como si mil hormigas rojas picaran mi piel. Era un dolor intenso e insoportable... aunque, si te digo la verdad, valió la pena el dolor", expresó Xavier Smith (50 años), maestro de arte en una universidad pública.
Algunos otros testigos más rumoraban algo sobre haber presenciado cómo que del suelo empezaron a surgir enormes columnas de humo, las cuales desprendían un aterrador grito de agonía al elevarse al cielo, aquello que esas personas describieron era poco más que un paisaje digno del infierno. A los pocos segundos después de que el sonido cesará, un rayo de luz cayó con una gran fuerza al suelo a la tierra, se levantó una enorme cortina humo que cubrió toda la ciudad desplazándose a una gran velocidad, un homo color rojo como el fuego mismo, la gente intentó correr, pero su cuerpo ya no respondía, el pánico los había dejado paralizados, podían sentir como el caliente humo les quemaba la piel y caían inconscientes al suelo, esparciendo un grito de agonía y dolor por toda la ciudad. Hombres, mujeres, niños, ancianos, todos fueron arrastrados por igual ante el calor de aquel fuego infernal.

A la mañana siguiente, cuando el humo se había dispersado varios noticieros llegaron al lugar, acompañados de bomberos y paramédicos. Aquel lugar estaba en la completa ruina, varios eran los escombros esparcidos por toda la ciudad, los rescatista tenía que actuar con cuidado para no cortarse con los varios pedazos de cristal esparcidos por el lugar, lo que más destaco era que el lugar estaba completamente cubierto por ceniza, ceniza roja, roja como el fuego y que al tener contacto con ella empezaba a calentarse de manera casi inmediata.

Cuando encontraron los cuerpos de las víctimas, Sus cuerpos estaban cubiertos por ceniza que como si fueran un tatuaje, hacían un recordatorio de aquel suceso. Tenían golpes de escombros y cortaduras por cristales, de los casi doscientos mil afectados, cien mil habían muerto atrapadas entre escombros o calcinadas vivas, sus cuerpos fundidos a la roca eran casi irreconocibles, otras veinte mil presentaban heridas graves que iban de cortadas a quemaduras y amputaciones por escombros que salieron volando, el resto, milagrosamente tenía heridas leves, si aquello fue un castigo de Dios, ¿Que es aquello que llamaría tanto la furia de Dios, cuál es aquel pecado cuyo castigo es la masacre?
Al interrogar a los heridos, la mayoría se limitaron a decir un par de palabras mientras que mantenían una mirada vacía, como de desesperanza e impotencia.
Pero después de un tiempo las confesiones empezaron a salir a la luz y cuando se supo completamente la historia, el mundo estaba más que sorprendido. Durante uno de sus sermones televisados, el cardenal Arnold J. Manson, comentó sobre lo sucedido:
"!Aquello que sucedió fue un acto de Dios, un acto divino. Si, un acto divino, esto es solo una prueba del inmenso poder que tiene la ira del señor. Durante años hemos empezado a dejar más y más de lado a Dios en nuestra vida. Estamos en tiempos difíciles, tiempos de cambio, debemos de cambiar nuestras actitudes y estilos de vida para bien, de lo contrario sufriremos de aquello tan terrible que le aconteció a aquellos cientos de hombres y mujeres. ¿Qué otra prueba necesitan? Esto es solo en principio, como dice Timoteo 3:1-5 "vendrán tiempos peligrosos", esos tiempos se van acercando cada vez más a nosotros. Oremos, oremos por nuestros hermanos y hermanas caídos, oremos por nosotros y por nuestras familias, oremos por los pecados de la humanidad..."
Aquel sermón llamó mucho la atención del público quienes esperaban respuestas por parte del gobierno, en una de sus sesiones semanales el gobernador de Carson city, Jorge Taylor habló también del tema, esta vez de una forma más neutral y evasiva:
"Se que durante los últimos días hemos tenido ciertas preguntas sobre los acontecimientos sucedidos durante la "noche roja", yo también tengo mis preguntas, pero como gobernador mi trabajo es preocuparme sobre la vida y seguridad de los habitantes y vecinos de nuestra, su ciudad. Justo en este momento se están empezando los trabajos de reparación y reconstrucción de las casas y edificios afectados. Del mismo modo como compensación a las cientos de familias afectadas, a través de varias escuelas estaremos dando apoyos económicos, médicos y de despensa a todos aquellos que lo requieran. Estamos trabajando duro, les aseguro que no hay razón para temer y mucho menos nada de qué preocuparse, se que se está investigando lo sucedido, aunque eso ya está fuera de mi jurisdicción...".

Todas estas opiniones y encabezados pusieron un millón de teorías sobre la mesa, "¿Que fue aquello que pasó, será algún tipo de acto divino, es alguna clase de experimento del gobierno, yo opino que fue algún tipo de ataque terrorista, debemos estar preparados para lo peor", esas eran solo algunas de las opiniones más repetidas sobre dicho suceso, la gente tenía miedo y la tensión estaba en el aire, los medios no ayudaban puesto que poca información salía a la luz y la información que salía hablaba de lo mismo nunca decía nada nuevo, aunque bueno no es como que el gobierno estuviera en posición de revelar con lujo de detalle todo lo sucedido, seguro ellos estaban igual o más confundidos y alarmados que el público en general.
Conforme pasó el tiempo aquella noticia fue perdiendo más y más relevancia conforme pasaban los días, al punto que algunos empezaron a creer que tal vez todo aquello que sucedió fue solo eso, un suceso anómalo sin respuesta, un evento único e irrepetible en la historia, que todo aquello ya termino, dejando de lado las palabras de aquel sacerdote que aquello no solo era el principio, era el principio del fin...

Ángeles de plata: Lumen venatores.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora