-Exacto, hemos encontrado a varios cuerpos teniendo el mismo corte y con el mismo sello.
-¿Cuál es su sello?
-Un corazón y dentro de ello la letra "L". Hasta ahora no sabemos quién es...
-¿Será una mujer? - Se miraron y luego sonrió el mayor. - ¿Dije algo gracioso?
-Para nada es solo que...es imposible saberlo.
-¿Como? Los forenses con quienes trabajamos son de alta inteligencia...
-El punto es que...no podemos diferenciar si fue por una mujer o un hombre, las víctimas son asesinadas de la forma más sencilla que no acertamos... - Suspiro el mayor. - ¿Conoces la historia de Jack el Destripador*?
-Por supuesto que la conozco, hasta la actualidad es un misterio aquel hombre...
-Bueno, el punto es que Jack asesinaba a mujeres, para ser específicos prostitutas*. Pero Lilith*, asesina a personas que están investigadas y tienen un poder en la política...
-Eso es raro...al parecer es un justiciero o justiciera. - Negó con la cabeza y así se sentó una vez más en la silla giratoria de su oficina.
- A cada víctima encontramos información de los fallecidos a manos de aquella persona.
-¿Cuál es la diferencia entre Jack el Destripador* y Lilith*? - Preguntó el menor mientras se cruzaba de brazos.
-En todo, Jack destripaba a las personas hasta el punto de quitarles el útero* a sus víctimas, en cambio nuestra Lilith* no lo hace solamente le quita la vida de una forma fácil y rápida sin complicaciones, Lilith* no se le hace difícil así sea hombres o mujeres las líquida sin piedad pero con rapidez.
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Las horas en Seúl daban las ocho y seis de la mañana, vaya día para aquel muchacho, su rutina era la misma de siempre en las mañanas a excepción cuando tiene que ir a la Oficina de Policía, si un Agente de primera. Sus padres trabajaban como agentes y el otro en el Servicio Militar, su padre era uno de los hombres de un fuerte rango.
-¡Buenas tardes! - Saludo su madre haciendo que el susto se de por cada poro del menor.
-Madre... - Reverencio. - Buenos días...
-Tardes querido, son las ocho de la mañana y ¿sabes a qué hora debes de estar despierto?
-Lo sé a las cinco de la mañana. - Bajo su cabeza esperando el sermón de su progenitora.
- Tú padre está en su oficina, al parecer... ¡Felicidades! tienes un caso, Jeon. - Sonrió leve su progenitora y fue hacia la cocina. - Termina de hablar con tú padre para que vayas a desayunar Agente Jeon.