{29} POV LISA

129 12 2
                                    

Detrás de las bambalinas admiraba a esos siete que bailaban perfectamente sincronizados que no podía dejar de sorprenderme cada vez. Suspire orgullosa de haber llegado a formar parte de esta exitosa gira. Sonreí para mi.

—Babosa.—se burla Rosie a mi lado.

Le enseño mi lengua disgustada, sonríe.

—Nunca deja de sorprenderme lo limpio que es su baile.—dije mientras miraba la pantalla frente a nosotras.

Ella asintió de acuerdo.

—Un largo camino con recompensas.—pensó ella. Asentí.

—Y sacrificio.—dije.—Son muy jóvenes.—pensé.

Cuán duro fue su recorrido, su sacrificio y resignación característica que logró envolverme de ese chico que miraba por videos cuando era niña. Y ahora que estaba desde este lado no me dejaba de sorprender su dedicación y esfuerzo, aún cuando todo les estaba servido, su espíritu continuaba siendo ambicioso como unos niños recién debutados.

—¿Lo estás mirando?—acusó Rosie cuando mis ojos se desviaron hacia él. Sonreí.

—Aunque lucho por no darle atención mis ojos se van hacía él.—me queje.

Rosie sonrió y dió un golpe leve en mi hombro.

—¿Tienes miedo por lo de Taehyung y la chica en París?—preguntó. Asentí.—Ya viste que no ha pasado nada, fue solo un momento.—mencionó.

—Lo sé pero...—me detuve.—Nada.—callé.

—Es el más popular, eso te preocupa ¿no?—indaga. Suspire.

—Sí.—afirmó.

—Estoy segura que hará lo correcto en su debido momento y te protegerá. Te dijo que lo esperes.—tranquilizó.

—Pero nunca será libre porque es popular.—solté. Ella me vió con pena. —Pasé toda mi vida corriendo de las luces brillantes y terminé inevitablemente bajo el reflector más grande.—bufe— Trato de asimilarlo. Sé que no será fácil y espero no estar equivocándome.— confesé mi preocupación.

—Llegado el caso, solo bastará una llamada y lo dejarás, eres leal a mí.—apuntó y asentí riendo— Pero esta vez te dejaré libre porque parece que es bueno contigo. Te hace sentir como deberías y parece que es el indicado. Su amor por ti es verdadero.—mencionó con calidez.

—Eso siento.—me ruborice.

Nuevamente mire al escenario. El baile se detuvo y un Jungkook sudado y agitado me encontró. Nuestras miradas se estaban comunicando sin hablar, tenían mil conversaciones de esas que no podían mencionar nuestras bocas. Se sintió íntimo y mi corazón se agitó. Me gustaba, él me gustaba demasiado. Y siento en su mirada que es mutuo, y mi cuerpo arde por abrazarlo, y mis brazos duelen por sentir sus caricias, y mis labios lloran por volver a tocar los suyos. Lo veo morder su labio y me arden las mejillas. Un golpe de Rosie me hace girar.

—Eso fue demasiado.—se quejó—Deberían evitar mirarse así cuando hay gente alrededor.—retó y agradecí no ver a nadie bajo nuestro radar.

—Lo siento.—me lamento con vergüenza.

—Novatos.—se burló.—Voy con Jisoo que necesitaba ayuda con un maquillaje.—avisó antes de desaparecer.

Estaba sola jugando con los palillos de la presentación de ON, y aunque mis ojos picaban de curiosidad de volver a buscar a Jungkook, no lo hice. No volví a girar, no podía con tal vergüenza. Y un mensaje me golpea.

"Eres tan preciosa" es lo que mis ojos leen.

Alcé la mirada, y sus ojos se cruzaron con los míos en medio de la multitud y, en ese instante, todo lo demás pareció desvanecerse. El bullicio de la gente, la música de fondo, todo quedó en un segundo plano. Era como si el tiempo se detuviera y solo existiéramos nosotros dos. En su mirada encontré un universo de emociones; curiosidad, atracción, tal vez incluso un destello de reconocimiento mutuo. Sus ojos eran profundos, como dos pozos de misterio en los que estaba dispuesta a sumergirme sin temor. Mi corazón comenzó a latir con fuerza, como un tambor que marcaba el ritmo de mi emoción. En ese momento, su mirada hizo que todo en mi mundo girara a su alrededor, y supe que había algo especial en esa conexión instantánea. Era un instante mágico de complicidad silenciosa que me dejó sin palabras y con la certeza de que algo extraordinario estaba esperando por nosotros, como si el mundo entero se redujera a ese momento, a esa conexión entre nuestras miradas. Ahora es cuando confirmaba que mi mundo nunca sería el mismo por su existencia , porque en sus ojos encontré un hogar al que siempre querría volver, porque ahora no tenía escapatoria y aunque las dudas formarán parte constante de mis temores, él era todo. Mi corazón y mi mente eran suyas más que mías.

SLOW DANCINGDonde viven las historias. Descúbrelo ahora