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Mi cabeza dolía, mi rostro se sentía hinchado. Eran las ocho de la mañana y continuaba en la azotea. Poco después de que Lisa se había esfumado decidí no volver a mi cuarto. Mi pecho continuaba doliendo, esa punzada que había sentido el día anterior continuaba allí. Un mensaje de Deuk me hizo recordar que debía ensayar a las nueve. Decidí que era tiempo de bajar.

Cuesta abajo y con un fuerte dolor de cabeza —por las dos botellas de whisky que cargaba en mi sistema— fui bajando cada escalón pensando en lo mal que me veía

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Cuesta abajo y con un fuerte dolor de cabeza —por las dos botellas de whisky que cargaba en mi sistema— fui bajando cada escalón pensando en lo mal que me veía. Para mi suerte nadie estaba por los pasillos así que me fui directo a la sala de ensayo. Entré allí y cerré la puerta. Levanté la vista y mis ojos se ampliaron cuando ví a Lisa estirando sus piernas frente al espejo, con sus ojos cerrados y auriculares puestos. Ella se veía preciosa con su cabello húmedo cayendo como cascadas sobre su espalda, su pequeña remera celine dejaba ver su abdomen tonificado y su pantalón de mezclilla negro se ceñía en su cintura abrazando la caída de sus caderas. Todo un espectáculo digno de admirar.

De pronto abrió sus ojos. Me vió. Y su mirada era de sorpresa y algo más, pero luego fría. Me escaneó de arriba abajo y continuó estirando sus piernas e ignorando por completo mi existencia. Su rostro estaba levemente hinchado, se veía cansada y estaba seguro que no había logrado conseguir el sueño al igual que yo. Me sentí mil veces más culpable por eso. 

Baje la mirada y quede en un rincón, ni siquiera la mire para evitar incomodarla. Alguien venía. Por los ruidosos parloteos era el staff de bailarines. Cubrí mi rostro con un barbijo, y mi cabeza con el gorro de mi hoody.

Mis hermanos llegaron sobre la hora y parloteaban por mi estado —olor— porque apestaba a alcohol.

—¿Celebraste la cláusula del contrato?—acusó Nam.

—Tsk.—me queje.

—Nuestro Kookie es todo un casanova.—bromeó Hobi.

Negué. Intenté sonreír con mis ojos, pero realmente me sentía caer a pedazos.

—Vamos a iniciar.—anunció Deuk.

Luego de un ensayo general, Deuk se tornó molesto. Y detuvo de inmediato la música, no estábamos dando lo mejor de todos, incluso Lisa estaba despistada.

—Falta una semana para el cierre en el Rose Bowl. Esto es histórico y tiene que ser perfecto.—recordó. Asentimos.—Sé que están cansados, pero queda el show en París y finalmente el cierre en Busan. Confió en que sea memorable el último...—se detuvo. Lo miramos asustados por casi soltar lo que no debía.—El cierre de la gira de BTS.—gritó animado. Todos aplaudieron emocionados.

De repente sentí mi piel erizarse y mire hacía atrás —ella estaba mirándome— y escapó de mi mirada cuando la atrape, pero Rosie me observó con fuego saliendo de sus ojos. Me dí la vuelta de inmediato.

—Te ves del carajo. ¿Tenemos que hablar?—preguntó Jimin de repente.

Suspiro con pesar. Asentí.

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