«El karma les llegará». «La venganza no es buena». «Ya ha pasado mucho tiempo; supéralo».
Diez años. Diez años de mi vida escuchando una y otra vez las mismas frases vacías saliendo de la boca de la misma gente, como si alguien superior los programara para decirme exactamente lo mismo. Diez años de insomnio. Diez años de ansiedad. Diez años durante los que perdí la noción del tiempo, a tal punto que no me di cuenta de que ya han pasado diez años... Diez años desde aquel agosto del 2013, cuando entré por primera vez llena de sueños, ilusiones y esperanza a esa extensión del infierno de la que salí como un cascarón vacío.
Espero que tengan listos sus flotadores, porque estoy harta de esperar por la intervención de una fuerza espiritual que nunca llega; porque más que venganza, esta es mi forma de obtener justicia; porque este es el único modo de superarlo y seguir adelante... Mi modo. Porque aunque no me lancé al mar ese día, hace seis años, desde entonces me he estado ahogando, y la única forma de salir es arrojándolos a cada uno de ustedes, aunque terminen hundiéndose.
Ustedes siguieron con sus vidas como si no hubieran destruido la mía, y ahora yo utilizaré esas ruinas para reconstruir un final alternativo: es hora de darle un giro drástico a su «Vivieron felices por siempre».
Espero que tengan listos sus flotadores, hijos de perra... porque el mar de mierda al que estoy a punto de lanzarlos les va a llegar hasta el cuello.
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Cómo sobreviví a la secundaria sin suicidarme en el intento
Non-FictionSi estás en esta lista, significa que formas parte de las razones por las que estaría muerta.
