Jacqueline Nazarov, conocida como Jacky en la academia Yokai, se encontraba en su habitación en el oscuro y siniestro sector Reasha. Había llegado el momento de descansar, pero la tensión en el aire era palpable. Las luces parpadeaban de manera ominosa, creando sombras danzantes en las paredes. El viento aullaba fuera de la ventana como un lamento de condenados.
Jacky se acurrucó bajo las sábanas, tratando de ignorar la inquietante sensación que la envolvía. Sin embargo, no pudo evitar sentir una presencia maligna que parecía acecharla desde las sombras.
"¿Quién está ahí?" susurró, su voz temblando.
En ese momento, los susurros comenzaron a llenar la habitación, sus voces ininteligibles resonando en sus oídos como un eco desde el más allá. Los lamentos de almas atrapadas en tormento se mezclaban con los susurros, formando un coro de angustia.
Jacky se sentó en la cama, sudando frío. Visiones horribles se desplegaban ante sus ojos. Imágenes de sufrimiento, tinieblas y caos llenaron su mente, como si estuviera viendo el infierno mismo.
"¿Qué está pasando?" murmuró, sintiendo que su cordura se tambaleaba en el abismo.
En medio de la oscuridad, un monólogo intrigante resonó en su mente, una voz gutural y lúgubre que hablaba de la resurrección de Dunkelheit, el antiguo demonio, y de cómo su poder se alzaría una vez más sobre el mundo.
"La hora de mi retorno se acerca, Jacqueline Nazarov", susurró la voz. "Y tú serás mi puerta de entrada a este mundo de nuevo".
Jacky sintió un escalofrío recorrer su espalda cuando la presencia maligna se hizo más intensa. Una sombra oscura y siniestra se alzó junto a su cama, intentando poseerla. Pero Jacky, luchando contra el miedo, canalizó sus habilidades de hechicera y desató una barrera protectora que repelió a la entidad oscura con un grito lleno de ira.
La habitación volvió a la normalidad, las luces se estabilizaron y los susurros cesaron. Jacky se quedó jadeante, sudando y temblando, pero había logrado resistir el intento de Dunkelheit de poseerla.
Sin embargo, sabía que la amenaza estaba lejos de desaparecer. El mal ancestral estaba despertando, y Jacqueline Nazarov estaba destinada a enfrentarlo en una batalla que desafiaría su valentía y poderes como nunca antes.
Mientras Jacqueline Nazarov se recuperaba de la presencia maligna en su habitación, en otro rincón de la academia Yokai, Camí Poire, la intrépida joven con el don de Cambio de Forma y proyección de ilusiones, se encontraba en su habitación. La atmósfera en su cuarto se volvía más tétrica con cada segundo que pasaba. Las sombras se alargaban y las luces parpadeaban, como si la propia oscuridad quisiera devorarla.
Camí miraba nerviosamente a su alrededor, tratando de despejar las visiones aterradoras que comenzaban a formarse en su mente. Una voz oscura y lúgubre resonó en su cabeza, un monólogo sombrío que hablaba de la resurrección de Dunkelheit y de cómo su regreso sumiría al mundo en una era de caos y destrucción.
"Tu don, Camí Poire, será mi instrumento para desencadenar el caos que ansío", susurró la voz maligna.
El humo que Camí solía usar para sus ilusiones comenzó a retorcerse y tomar formas inquietantes por sí solo, creando imágenes aterradoras que danzaban a su alrededor. Las sombras parecían moverse como seres vivos, susurrando secretos oscuros en sus oídos.
Camí, presa del terror, trató de controlar sus poderes, pero la presión de la presencia maligna era abrumadora. Las imágenes horribles la rodearon, una pesadilla que se hacía realidad.
Finalmente, no pudo soportarlo más y, con un grito lleno de terror, Camí Poire se derrumbó en su cama, luchando por mantener su cordura mientras la presencia de Dunkelheit la acosaba sin piedad.
ESTÁS LEYENDO
Tsuky
Fantasyel 90% de la población ha desarrollado talentos, surgiendo así los monstruos entre el 10% se encuentra un joven que deberá de ingresar a un misterioso internado por orden de su padre; dentro de dicha institución conocerá a una chica con un rosario e...