Tsuky

capítulo 43

Ren, con lágrimas en los ojos, se enfrentó a Shizuka en el pasillo oscuro. Los recuerdos dolorosos de su infancia acosada por sus hermanos aún pesaban sobre él, y esta era una oportunidad para confrontar a la persona que había contribuido a su tormento.

"¿Recuerdas, Shizuka?", murmuró Ren, con voz temblorosa. "Recuerdo cuando solías burlarte de mí por usar tu maquillaje y tu ropa. Me hiciste sentir como si no encajara en ningún lado."

Shizuka lo miró por un momento, su expresión reflejando una mezcla de sorpresa y pesar. "Lo siento, Ren, no sabía lo que hacía entonces. Éramos solo unos niños..."

El enfrentamiento continuó con Ren y Shizuka intercambiando palabras llenas de tristeza y frustración. Sus emociones se intensificaron a medida que se abrían camino a través de los recuerdos dolorosos. En un momento, parecía que la confrontación podría convertirse en un conflicto físico, pero finalmente se detuvieron, exhaustos y desgarrados por la emoción.

El pasillo oscuro presenció un encuentro cargado de dolor y confrontación, pero también de una comprensión incipiente. Era un momento en el que Ren y Shizuka comenzaban a enfrentar sus pasados y a buscar un entendimiento mutuo.

La tercera guerra mundial había sumido al mundo en un caos absoluto. El imperio Sánchez de Antasía avanzaba implacablemente, tomando el control de cada ciudad importante del planeta. Las Naciones Unidas, bajo el mando del consejo ecuménico, luchaban por mantener el equilibrio y la paz en medio de la crisis global. Los cuarteles generales en Isgat habían sido destruidos por Javier D Anima, un hombre poderoso y enigmático que operaba en las sombras.

Thais, su hermano mayor Levy y Beatrice, miembro de la Orden Real y esposa de Ren, se encontraban a bordo de un lujoso vuelo de primera clase, dirigiéndose hacia el territorio de Dulcinea Labelle, conocido como Catalonía. La elegante decoración del avión contrastaba fuertemente con la realidad devastadora del mundo exterior.

Thais, con sus ojos claros y su don de precognición, miraba el futuro incierto con preocupación. Levy mantenía una postura protectora hacia su hermana menor. Beatrice, considerada la mujer más hermosa del mundo, emanaba confianza y orgullo.

La conversación a bordo era tensa, llena de intriga y misterio. Hablaban en susurros sobre su misión de rescatar a Ren, sin saber que Ren estaba a punto de casarse con Margaret en un matrimonio con objetivos políticos y militares.

El mundo se desmoronaba a su alrededor, y mientras avanzaban hacia el corazón de Catalonía, el futuro parecía más incierto que nunca. La única certeza era que estaban dispuestos a arriesgarlo todo por sus propios motivos y lealtades. La historia de estas almas en un mundo convulsionado estaba a punto de tomar giros inesperados y oscuros.

En medio de la tranquila atmósfera de la primera clase del avión que los llevaba hacia el territorio de Dulcinea Labelle, Levy, con un jugo de naranja en la mano, parecía estar absorto en una conversación animada con Thais. Sus risas llenaban el avión mientras compartían anécdotas y chistes.

Sin embargo, la risa se convirtió en sorpresa cuando, en un giro inesperado de la conversación, Levy hizo un gesto exagerado con las manos, derramando involuntariamente jugo de naranja sobre el vestido granate de cuello negro de Beatrice.

Bea se quedó paralizada por un momento, con los ojos bien abiertos mientras veía cómo el líquido comenzaba a empapar su vestido. Thais, por otro lado, se sonrojó al ver la situación, mientras que Levy parecía estar en estado de shock.

Sin perder tiempo, Beatrice rompió el silencio, su tono lleno de sarcasmo. "Oh, por supuesto, la moda de jugo de naranja es la última tendencia en la alta costura. ¡Muy bien jugado, Levy!"