capítulo 8

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La habitación de Renee estaba sumida en una penumbra tranquila, con la luz del amanecer filtrándose tímidamente por las cortinas. El suave zumbido del ventilador de techo llenaba el aire. En la cama, Renee yacía inmóvil, con una piyama femenina puesta, sus rasgos parecían serenos, pero su rostro reflejaba una intensidad de emociones en su sueño.

Haruka, de cabello rosa y ojos verdes, fue la primera en notar que Renee no se despertaba a la hora habitual. Su rostro, normalmente radiante, estaba ahora marcado por la preocupación. Con su voz suave, susurro: "Chicas, algo no está bien. Renee aún no se despierta."

A su lado, Ariel, con su cabello granate intenso y ojos verdes, estaba sentada en la cama de Haruka, con la mirada fija en Renee. Ariel, a pesar de su naturaleza tranquila, mostraba una urgencia inusual. "Haruka tiene razón. Renee siempre está despierto a esta hora. Deberíamos verificar si está bien."

Maritza, la succubus de garras y cabello marrón claro, se unió al grupo. Su actitud seductora se desvaneció por completo, dejando espacio para la preocupación en sus ojos. "Esto es extraño. ¿Deberíamos intentar despertarlo?"

Camí, la curiosa y comunicativa, se acercó a la cama con una expresión inquisitiva en su rostro. "¡Vamos, Renee, despierta! Algo te está perturbando en tu sueño. ¿Puedes escucharnos?"

Aiko, la maga del caos, observaba la escena con telepatía activa, tratando de detectar cualquier anomalía en la mente de Renee. Sus cabellos castaños oscuros y ojos igualmente oscuros reflejaban su preocupación. "No detecto ninguna perturbación grave en su mente, pero algo parece tenerlo atrapado en su sueño."

El grupo observó cómo Renee, en su sueño inquieto, se revolvía en la cama, murmurando palabras incomprensibles y agarrando la sábana. Parecía estar atrapado en algún tipo de conflicto interno.

Haruka apretó suavemente la mano de Renee y le susurró: "Renee, estamos aquí contigo. Por favor, despierta."

La tensión en la habitación era palpable mientras esperaban a que Renee respondiera, preocupados por lo que podría estar experimentando en su sueño inquieto en su piyama femenina.

Aiko miró al grupo con una expresión decidida en su rostro. Sus cabellos castaños oscuros se balancearon mientras hablaba: "Creo que la única forma de averiguar por qué Renee no despierta es entrar en su mente. Pero debemos estar conscientes de los riesgos. Si algo sale mal en su mente, podría afectarnos a todas, incluso en el mundo real."

El silencio cayó sobre la habitación mientras todas procesaban las palabras de Aiko. Haruka apretó la mano de Renee con más fuerza, preocupada pero lista para apoyar cualquier decisión.

Ariel, con su mirada serena, rompió el silencio: "Si hay una posibilidad de ayudar a Renee, debemos intentarlo. Él ha estado allí para todos nosotros en momentos difíciles."

Maritza, con sus alas de succubus y garras a la vista, asintió en acuerdo. "Estoy de acuerdo. Hemos enfrentado peligros juntas antes. Si es lo que se necesita, lo haremos."

Camí, siempre curiosa, preguntó con ansias: "¿Cómo lo haremos? ¿Cómo ingresamos en su mente?"

Aiko explicó con cautela: "Tengo la capacidad de entrar en la mente de las personas gracias a mi magia del caos, pero es arriesgado. Estaremos en un mundo construido por la mente de Renee, y lo que encontremos allí podría ser peligroso. Además, si morimos en su mente, también moriremos en la realidad."

Haruka, con determinación en su voz, dijo: "No importa el riesgo. Debemos ayudar a Renee."

Aiko miró a cada una de sus amigas, viendo la determinación en sus ojos. "Muy bien, preparen sus mentes y síganme. Ingresaremos en el mundo de los sueños de Renee y descubriremos qué lo está atormentando."

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