Capitulo 3
Mas tarde ese mismo día.
Miraba las gotas rebotar en el asfalto. El cielo tenia un color gris, casi como humo. El ambiente era deprimente. Pero a mi me puso una sonrisa en el rostro. Amaba la lluvia. Jayce y yo solíamos observarla por horas, leyendo o simplemente hablando sobre nuestras vidas. Han pasado 2 años y aun me duele recordar. Pero yo no quería olvidar.
-¿Cassy? Sabes que no fue tu...- Me preguntó Luce. -No, olvídalo. - Se hizo un silencio incomodo. Pero yo sabia que me quería decir.
-Se lo que querías decir. Tu piensas que no fue mi culpa, pero lo fue, Luce. -Se me hizo un nudo en la garganta- Yo lo llame para que fuera a la escuela ese día. El no podía venir pero yo insistí, maldita sea, Luce. ¡Yo insistí!-El corazón me latía muy rápido, demasiado.- Yo no debí obligarlo a venir. ¿Por que él vino? Simplemente pudo decirme que no, ¿Verdad? -Frías lagrimas salían a borbotones.-¿Por qué lo llame? ¿Por qué?
Empezaba a costarme respirar.
-Cassy, no es tu...
-Luce... Luce.- Me las arregle para decir entre forzadas inhalaciones. El se volteo a verme y su cara se torno blanca como el papel. Las lagrimas que eran de tristeza ahora me nublaban la visión. Estaba desesperada.
-¡¿Cass?! ¡¿Que te pasa?!-Movió el volante bruscamente para estacionarse. Se soltó el cinturón de seguridad, se acerco y me tomo por los hombros.-¿Ataque de pánico?-Pregunto mirándome a los ojos. Yo asentí, el hizo lo mismo.- Respira, Cassy. Relajate. Ya sabes como es. -El se veía preocupado. No me había dado un ataque desde hace meses.
Pensé en la delicada melodía que Jayce solía tocarme cuando estaba triste o deprimida, lo cual logro calmarme un poco, lo suficiente como para inhalar una bocanada de aire. 2 minutos después ya estaba respirando normalmente.
Luce se recostó en su asiento y respiro con fuerza, se llevo las manos a la cabeza para restregarse el rostro.
-Me diste un susto de muerte, Cass.-Me miro con temor- ¿Le dirás a mama que han vuelto tus ataques? Si no lo haces tu, yo lo haré.-Lo mire aterrada.
-¡No! No lo hagas, Luce. Si se lo dices creerá que estoy en problemas otra vez, no quiero preocuparla mas.- Le dije suplicante.
El se lo pensó y asintió. Se lo agradecí. Al llegar a casa me recosté en la cama y cerré los ojos con fuerza. Que día.
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Yo no soy él.
RomanceCreer que por fin en tu mundo se han abierto puertas, y la muerte de Jayce, pudo cerrarlas todas de golpe. ¿Que puede hacer Cassandra, desesperada para salir del calabozo de sus sentimientos? No hay rutas de escape. Pero alguien debe tener una llave.