One Shots [Tokyo Revengers] +18

[ESCENARIO]

Holis

Me inspiré (como siempre)

Esta sería otra parte del capítulo anterior :b

Espero que les guste y no se olviden de votar 😘

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Situación: les haces un peinado

Personajes: Sano Manjiro, Mitsuya Takashi , Haitani Ran, Haitani Rindou, Kurokawa Izana, Ken Ryuguji (Draken)

Mikey

Oyuki: Mikey~~

Mikey: oh hola nena.—te saludó con un beso en la mejilla.— ¿Qué tal todo?

Oyuki: bien bien. Oye Mikey ¿Te puedo preguntar algo?

Mikey: sipi ¿Qué ocurre?

Oyuki: ¿Te puedo hacer un peinado?.— sonreíste enormemente.— juro que será una vez

Mikey:mmmm okey.— se acomodó en el sofá y te arrodillaste atrás de él.— y no me molesta que me lo quieras hacer de nuevo

Oyuki: me alegra saber eso.— hablaste mientras acomodabas su cabello con tus manos. Luego comenzaste a atarle el pelo.— al terminar soltaste un chillido de alegría, se veía demasiado tierno.— yyyy ya está. Espera que traigo un espejo.—

Mikey: oki.— esperó hasta que volviste con el dichoso espejo. Al ver su reflejo jadeó.— ¿¡ESE SOY YO!?

Oyuki: pues si, Mikey.— pusiste tus ojos en blanco, a veces era algo... dramático.— eres tu, cielo.

Mikey: me veo di-vi-no.—chasqueó sus dedos delante de su cara. Soltaste una gran carcajada.— ¿Qué? Si es verdad

Oyuki: no lo niego, Mikey.—besaste su mejilla con cariño.—

Ok omitan su cara de que mierda me hicieron en el pelo JAJAJAJAJ

Mitsuya Takashi

Kaori: hola cielo.—besaste sus labios suavemente, siendo correspondida por tu pareja.—

Mitsuya: hola cariño ¿Cómo va todo? .— entrelazó sus manos detrás de tu cintura, dejando caricias sobre ésta.—

Kaori: bien bien. Oye, cielo.— apoyaste tu cabeza en su pecho y lo miraste. Al pelimorado se le hizo tierno ese gesto.— ¿Puedo hacerte un peinado?

Mitsuya: ¿Mhm? ¿Un peinado?.—asentiste emocionada.— no lo sé, linda. Tengo el cabello muy corto. No creo que puedas hacerme un peinado.— hizo una mueca.—

Kaori: pues... Veré si funciona.—lo miraste decidida.— no me rendiré tan fácil. Ahora siéntate y quedate quieto.

Mitsuya: esta bien.— suspiró. Hacerte cambiar de opinión era casi imposible.— que mujer tan terca. Dios mío.— pensó en su mente. Pero aún así te amaba