Capítulo 2: Gruñidos y tensión

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— Cachorro, dejá a Exe tranquilo — Le dice Fabra con voz dulce.

¡No! ¡Mío! — Suelta un fuerte gruñido — ¡Aléjate! — Le muestra sus colmillos.

Advíncula le responde el gruñido a Langoni, enojado al ver cómo trató a Fabra.

— A Frank lo tratas bien, mocoso — El peruano le gruñe, colocando a su Omega detrás suyo, a modo de protección — No te acerques a él — Le muestra sus colmillos enojado.

Langoni le gruñe fuertemente, aumentando su agarre en la cintura de Zeballos.

— Alfa, tranquilo, estoy bien — Le dice Frank.

Luis no lo escucha, ya que estaba concentrado en volverle a gruñir al chico que recién se había presentado como Alfa.

Frank toma del brazo al más alto para darlo vuelta y que lo pueda mirar.

— Alfa, tranquilo — Susurró, acercando a Advincula a su cuerpo — La bebé y yo estamos bien — Le dice buscando que se calme, pero el Alfa seguía gruñendo.

— ¡No! Él no te puede tratar así — Gruñe molesto.

— Lu, se acaba de presentar como Alfa, es normal que esté actuando de forma territorial — Responde el Omega colombiano, rodeando el cuello del mayor con sus brazos.

— Pero vos sos mí Omega y estás esperando a nuestra cachorrita — Luis gruñe, colocando sus manos en la cintura de Frank — Mí deber es protegerlos — Bufa, liberando su fuerte aroma a Tequila y limón. 

— Estamos bien, Alfa — Susurra el Omega — No nos pasó nada.

Advíncula sigue gruñendo y soltando leves bufidos. Frank, por su lado, tomó una de las manos del Alfa y la colocó sobre su vientre, sintiendo al instante una patadita por parte de la pequeña.

— ¿Ves? Ella está bien y yo también — Le dice el Omega, acariciando su mejilla.

El peruano sonríe al sentir como su pequeña se movía y acaricia esa zona, recibiendo otras pataditas como respuesta.

— P-parece a-ansiosa por querer s-salir — Susurra Frank adolorido.

— Princesa, despacito, lastimas a tu papi — Le dice el mayor, acariciando ese lugar.

— Eso, Alfa, así de tranquilo tenés que estar — Sonríe Frank, besándolo.

El Alfa le corresponde al instante, dirigiendo sus manos a la cintura de su Omega, pegándolo a su cuerpo, con cuidado de no lastimar su vientre.

— Ahora veamos cómo podemos hacer para que Luca suelte a Exe sin que lo lastime — Murmura el menor, separándose del beso.

— Tenés razón — Responde Luis  — Quédate lejos, no quiero que, por un impulso, Luca te lastime.

— Quiero ayudar — Dice Fabra haciendo un puchero, el cual su Alfa besa.

— No, no y no — Niega el Alfa — Está vez ese pucherito no me va a convencer — Dice — Quédate acá, mi amor.

— Está bien — Bufa el Omega, dirigiendo sus manos a su vientre, dejándolas ahí.

— Lu, solta al Changuito — Le dice Advincula, volteándose para mirar al aludido.

— ¡Dije que no! — Gruñe el menor.

— Dale, turrito — Le dice Vázquez, llamando por el apodo que le puso — Solta a Exe

— ¿¡Qué parte no entienden del no!? — Bufa molesto el Alfa — ¡Exequiel es mí Omega! — Gruñe, clavando sus uñas en la cadera del Chango, arrancándole un gemido de dolor.

— Lu, cálmate — Le dice Zeballos asustado.

— Luca, lo estás asustando, ¡Pará! —  Vázquez le grita preocupado

— ¡No me grites! — Masculla — El Chango está bien — Gruñe — Está conmigo, soy su Alfa, ¡Aléjense!

— Chicos, paren — Dice Alan — Se debe sentir amenazado por ustedes, son Alfas al igual que él — Razona — Déjenme a mí— Propone el Beta.

Alan se acerca despacio a dónde estaban Zeballos y Langoni.

— Luqui, tranquilo, nadie te va a separar del Changuito — Le dice Alan — Pero necesitamos que lo sueltes, ¿Si?

¡No! — Gruñe, mostrándole sus colmillos

Fabra comienza a liberar sus feromonas a manzana caramelizada y miel mezcladas con leche y talco, que demuestran que se encontraba en cinta, buscando calmar a un alterado Langoni, quién se había presentado como Alfa en pleno entrenamiento.

Luca, al sentir ese delicioso aroma dulce, relajó un poco sus músculos, pero en ningún momento soltó a Zeballos.

El Changuito también comenzó a liberar sus feromonas, pero estás eran con aroma a Algodón de azúcar y pochoclos provocando que el Alfa que lo tenía rodeado, colocara su cabeza en el hueco de su cuello para poder sentir mejor este, relajándose al instante por lo dulce y suave que era.

— ¿Qué está pasando acá? — Pregunta una voz desconocida, volviendo a alterar a Langoni quién se puso en alerta y volvió a soltar un fuerte gruñido, tomando posesivamente la cintura del Omega.

Soulmates -  Langoni x Zeballos [Omegaverse]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora