Capítulo 3: Supresores y calmantes

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Luca comenzó a percibir en el ambiente un aroma a Romero y tomillo que lo hizo ponerse en alerta, no le gustaba nada, se aproximaba a ellos. Su lobo interno le decía "peligro". Volvió a firmar su agarre en la cintura del lindo Omega de mechitas rubias, soltando fuertes gruñidos.

— Facundo, la puta madre, habíamos logrado calmarlo — Lo reta Pol frustrado.

— ¿Y ahora qué hice? — Se queja el Alfa que recién había llegado, sin entender el por qué Langoni no dejaba de gruñirle y no soltaba a Zeballos.

Al sentirse ofendido, Roncaglia comenzó a devolverle los gruñidos al Alfa recién presentado, cosa que lo alteró más.

— ¡No hagas eso! — Lo reta Aaron, acercándose rápidamente — ¡Lo alteras más! ¡Basta!

— ¿Qué? — Facundo los mira a todos sin entender qué pasaba.

— Luca entró en celo y no logramos que suelte al Chango; cuando logramos calmarlo,  vos apareciste y lo volviste a alterar — Le explica Alan. 

— Uy, perdón — Suspira el defensor.

— Hagamos así, Pol, Facu, vayan por Ibarra y díganle que Luca entró en celo y que no lo podemos separar de Exe — Les ordena Frank.

Facundo y Pol miran todo sin saber qué hacer.

— ¡Vayan ahora! — Les dice el Omega al ver qué no se movían. Y en ese momento, ambos Alfas se fueron a hacer lo que les dijo.

— Alan, Luis — Los mira — Los quiero alertas ante cualquier acción de Luca, pero no se acerquen, no queremos alterarlo —  Les pide dulcemente.

— Dalo por hecho — Le responden el Beta y el Alfa con una sonrisa.

— Gracias — Les sonríe, escuchando un gruñido por parte de Advíncula.

— Y vos — Mira a su Alfa — Deja de gruñir, amor, que así no ayudas en nada — Lo reta.

— Está bien — Bufa el peruano.

— Buen Alfa — Sonríe Frank, acariciando su mejilla y dándole un piquito.

— Ustedes no se rían — Advincula les gruñe a Varela y Vázquez.

— ¡Gobernadoooo! — Se burlan el Beta y el Alfa.

— ¡Basta los tres! — Los reta el Omega — Luis y Alan, dejéndolo en paz y Alfa, deja de gruñir — Les advierte y sonríe al ver que los tres se quedaron callados — Así me gusta.

Por su parte, Langoni restregaba su mejilla en la espalda de Zeballos, buscando impregnarlo con su aroma, mientras lo apegaba más a él, teniendo la cintura del Omega rodeada de forma posesiva por sus brazos.

Los demás buscaban encontrar la manera de que soltara a Exequiel sin hacerle daño.

— Lu — Lo llama Medina — Soltá al Changuito, dale — Susurra de forma dulce el Omega.

¡Exequiel, mío! — Responde el Alfa de Luca — ¡Omega, mío!

— Dale, Luqui, basta, el Chango es tu Omega, todo bien, pero necesitamos que lo sueltes — Suspira Molinas.

¡Dije que no! ¡Es mí Omega! ¡Se queda conmigo! — Gruñe molesto Luca.

Aaron se mordió el labio inferior para no reaccionar de mala manera ante la acción del Alfa más joven.

Era un Omega Puro, no se dejaba dominar por ningún Alfa, salvo que también sea puro y que alguien como Luca venga a querer utilizar su voz de mando con él, no le hacía efecto, pero sí molestaba a su lobo interno que quería contraatacar.

En las mismas condiciones se encontraba Advincula, solo que éste era un Alfa Puro y, además, su Omega en cinta se encontraba ahí, y su lobo quería protegerlos.

Tampoco dejemos afuera a Final, quién también era un Alfa Puro, el cual no quería actuar, porque su lobo lo obligaba a cuidar de Langoni, tenía miedo de lastimarlo.

La pregunta del millón es, si hay Alfas y un Omega puros, ¿Por qué no ejecutan un comando para que Langoni suelte a Zeballos?

La respuesta era muy fácil y sencilla… Tanto Aaron como Luis y Nicolás son un Omega y Alfas de mayor rango, es decir, puros. Sí llegarán a utilizar su "voz de mando" con un Alfa que recién se acaba de presentar y, encima, que es recesivo, podrían provocarle consecuencias irremediables.

En algunos casos, podría provocar que sus celos seas aún más irregulares, que los sienta como una amenaza, que sus sentidos fallen (se reduzca su visión, audición y su olfato), que no los reconozca como parte de su manada, o que los considere como su destinado cuando no es así. Y, en el peor de los casos, que pierda a su lobo interno, que este no sea capaz de aguantar una voz tan potente y se sienta obligado a ser sumiso, desapareciendo por completo. Por lo que era preferible que Figal, Advincula y Molinas se mantengan al margen de la situación.

El lobo interno de Luca se sentía amenazado por tantos aromas juntos, no le gustaba la idea de que muchos Alfas, Betas y Omegas estuvieran rodeandolos, ni mucho menos que estén cerca de la persona a la que él considera su Omega.

Langoni pega la espalda de Zeballos a su pecho, y comienza a dejar besos húmedos en el cuello del contrario comenzando a morder esa zona. En  un momento se decidió a dejar chupones por toda la extensión, mientras afirmaba su agarre en la cintura del menor.

Sus encías ardían y sus dientes picaban, quería marcar al Omega y demostrar que era solo suyo. Sus colmillos se asomaron y comenzó a rozarlos por el cuello del menor y cuando estaba dispuestos a clavarlos en la piel de Zeballos, sucedió una acción repentina que lo hizo rugir molesto.

Unos brazos rodearon  la cintura del joven Alfa mientras que le inyectan un supresor en el cuello, logrando que suelte al Omega. Pero al ver que no dejaba de patalear y gruñir, buscando liberarse del agarre, le inyectaron un calmante que logró dormirlo al instante.

Todos se dieron vuelta a mirar a Zeballos al escuchar el sonido que realizó, estaban todos en shock.

El Omega había emitido un sonido muy  agudo, como un chillido, que dejó helado a todos. Esa especie de gemido/chillido significaba una sola cosa… estaba llamando a su Alfa.

Cuando un Omega se siente desprotegido, amenazado, o solo, emite un sonido que es capaz de ser percibido por su Alfa.

Y eso solo indicaba una cosa: Luca Langoni y Exequiel Zeballos eran destinados.

Alfa, mí Alfa — El lobo interno de Exequiel lloriqueaba llamando a Langoni. — ¿Qué le hicieron? ¡Aléjense! ¡Quiero a mi Alfa! — Sollozaba fuertemente, buscando que Luca reaccione.

— Alan, agarra al Chango desprevenido e inyéctale este supresor y este calmante  lo van a relajar al instante — Le dice Ibarra, quién tenía en sus brazos a Langoni.

Cuándo el Omega estaba distraído, Varela rodea la cintura del menor y con ayuda de Vázquez, le inyectan lo que les dió Hugo,  logrando que se calme.

Todos sueltan un suspiro aliviado al ver que tanto el Alfa y el Omega se encontraban adormecidos por los fuertes supresores y calmantes que se les inyectaron... Por fin, paz.

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⏰ Última actualización: 6 days ago ⏰

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Soulmates -  Langoni x Zeballos [Omegaverse]  Donde viven las historias. Descúbrelo ahora