margarita - 07

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𝘗𝘰𝘳 𝘤𝘶𝘭𝘱𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘎𝘢𝘵𝘰
ꜱᴀᴄʜᴀᴇɴɢ

𝘗𝘰𝘳 𝘤𝘶𝘭𝘱𝘢 𝘥𝘦𝘭 𝘎𝘢𝘵𝘰ꜱᴀᴄʜᴀᴇɴɢ

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Sana se estiró en la cama, frotándose los ojos para despejar el sueño. La luz del sol se filtraba por la ventana, iluminando su habitación acogedora. Se levantó con mucha pereza y se dirigió al baño para así terminar de despertar con agua fría, lavó su rostro y sus dientes; estando ya lista, se fue directo a la cocina donde su fiel compañero, el felino de pelaje oscuro, la esperaba.

El minino maullaba suavemente, pidiendo desayuno. Ella sonrió y abrió la lata de comida, sirviendo una porción generosa en el plato del gato. Esta se acercó, olfateando el aroma y comenzó a comer con delicadeza.

Mientras ella comía, Sana no tardó en preparar café y se sentó en la mesa, disfrutando del silencio de la mañana. Observó al felino, cuyos ojos brillaban de gratitud. En ese momento, todo parecía perfecto.

—¿Qué planes tienes hoy, "Sr.Gato"—, preguntó con una sonrisa.

El felino respondió con un suave ronroneo, como si dijera: —"Quédate conmigo, hoy es un día para disfrutar juntos".

La japonesa se levantó de la silla y se acercó a el, que había terminado de comer y ahora se limpiaba con su lengua los bordes de sus extremos con delicadeza. La chica se agachó y la tomó en brazos, acunandolo como a un bebé. "Sr.Gato" se acurrucó en su pecho, ronroneando de felicidad.

—Vamos a disfrutar del sol, mi Niño, debes recuperar fuerza—, susurró ella, dirigiéndose hacia el balcón.

La brisa matutina acariciaba su rostro mientras salían al balcón. El sol brillaba en el cielo, iluminando la ciudad. Ella se sentó en la barandilla, con Luna aún en brazos, y contempló el paisaje.

El felino, sintiendo la libertad, se deslizó de sus brazos y se subió a la barandilla protegida ahora por una red puesta tanto por Chaeyoung como por Sana, el minino olfateaba el aire. La chica la observaba, sonriendo. El viento jugueteaba con el pelo de ambos, humano y felino.

En ese momento, todo parecía en armonía. La ciudad despertaba, los pájaros cantaban. Juntos, disfrutaban del nuevo día.
De repente, una voz familiar resonó desde el balcón de al lado, arruinando la paz de Sana.

—¿Cómo está mi gato? ¿Se está recuperando bien?—, preguntó la Chaeyoung, sonriendo.

Ella se volvió hacia la voz y sonrió a medias. Al ver a Chaeyoung solo suspiro con pesadez. —Sí, está perfecta—, respondió, acariciando al felino. —La veterinaria dijo que solo necesitaba descanso y cuidados especiales, eso hago.

Por Culpa Del Gato - Sachaeng ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora