|Primer año|
Hace mucho tiempo
Una chica se enamoró de alguien a quien apenas conocía. A menudo se decía a sí misma que nunca podríamos conocer completamente a otra persona, y en eso estaba de acuerdo. Esa incertidumbre la llenaba de curiosidad, pero también de miedo.
Antes de conocerlo, había atravesado una relación difícil que dejó cicatrices en su corazón. Esa experiencia amarga había comenzado como una amistad sincera, pero terminó por destrozar su confianza.
Se había ilusionado, convencida de que esa persona sería la indicada, solo para descubrir que sus sueños se desmoronaban en un instante. A menudo, revivía esos momentos oscuros, sintiendo una profunda tristeza cada vez que pensaba en ello.
Y entonces, un día, lo conoció a él.
Al principio, no le prestó mucha atención. Había tantas cosas en su mente, tantas inseguridades, que se sentía perdida. Sin embargo, cada vez que él se giraba en clase solo para hablarle, algo en su interior comenzaba a despertar.
Era como si cada palabra suya se transformara en un pequeño rayo de luz que iluminaba su día. De pronto, él empezó a ocupar un lugar en sus pensamientos, y eso la asustaba y emocionaba al mismo tiempo.
No pasó ni una semana antes de que comenzara a sentir mariposas en el estómago, una sensación que no había experimentado desde hacía tiempo. Ella, que se ilusionaba rápidamente, también sabía lo que era sentirse vulnerable. A veces, temía que él se fuera, que se alejara como otros lo habían hecho, dejándola otra vez con el corazón roto.
Con el paso de los días y semanas, sus conversaciones se hicieron más profundas y significativas. Hablaban de sus sueños, sus miedos, y compartían risas en clase, durante los recesos y en las salidas. Ella disfrutaba de su compañía, sintiéndose libre y auténtica. Sin embargo, en el fondo, había momentos en que se imaginaba lo que sería estar en una relación con él. ¿Cómo sería tener a alguien a su lado que la comprendiera y la hiciera sentir especial?
Era inevitable no enamorarse de ese chico.
Siempre encontraba algo ingenioso que decirle, algo que la hacía reír de manera genuina. De vez en cuando, le dejaba pequeñas notas en clase, llenas de palabras dulces y gestos sinceros que la hacían sentir como si fuera la única persona en el mundo. Para ella, él era diferente a los demás... o al menos, eso pensaba.
Cada día, mientras su amistad se fortalecía, también lo hacía su temor.
¿Podría abrir su corazón una vez más?
¿Podría permitir que alguien nuevo entrara en su vida sin el miedo de ser lastimada nuevamente?
Esa lucha interna era constante, pero cada rayo de luz que él traía a su vida hacía que valiera la pena intentarlo.
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Mi Amor Platónico
RomantikEstuve tres años enamorada de ti y fueron los tres años con sentimientos sin soltar. Siempre serás mi único e inigualable amor platónico.