capitulo 3

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Por era mañana todo lo peculiar había acabado y podría volver a mi rutina, comenzó como siempre me levanté, me duche, me seque, ví mi cepillo de dientes flotando y lo alcance para cepillarme...(suspiro de desesperacion) y lo peculiar continúa, termine de arreglarme, baje y tome mi desayuno y monte mi bicicleta hacia el colegio.
Hoy el día paso tranquilo y lentamente con la aburrida voz del maestro dictando la clase, a la hora de la salida fui al salón 10-B está vez la luz estaba encendida entre las empañadas ventanas pude ver personas jugando billar dentro "día de apuestas" pensé cuando de repente se formó una tortuosa pelea, pude observar como a alguien le dieron un duro golpe en el ojo y mientras se recuperaba otro lo agarro por la espalda para que su compañero lo golpeara justo en las costillas, aquel mal herido me vió junto con los dos agresores, me asuste y salí huyendo inmediatamente.

Al día siguiente en clases note algo muy "sospechoso" Juan estaba mal herido con un ojo morado y lo que parecían ser un par de costillas rotas a juzgar por los vendajes que se asomaban por su camisa , quise preguntar si tenía algo que ver con el salón 10-B pero no podía seguía sin poder hablar, cuando llegó el profesor nos levantamos para saludar y rápidamente Juan me entrego discreto un papel en la mano, al sentarnos abrí la nota y que decía "espérame después de clases frente al salón, debo preguntarte algo" no sabía muy bien a qué se refería o que querría preguntarme pero me dió un escalofrío al pensar que podría tener algo que ver con el salón 10-B porque que tal si... me esperaría con sus amigos para darme una lección o algo así tenía tanto miedo que decidí no ir.

Cuando se terminaron las clases volví a pararme frente al salón 10-B en esta ocasión también estaba sucediendo una pelea pero está vez no solo me vieron si no que uno de ellos me señaló diciendo:

-  ¿OYE tu chica haces aquí? ¡vete! respóndeme mal educada .

cómo no le respondía se enojo mucho y tomo un cuchillo de la mesa de billar y me lo lanzó yo quedé paralizada de miedo pero justo en el momento indicado apareció de repente Juan quien me tomo de la mano y me saco de ahí, me alegre de que me hubiera salvado pero esa alegría se convirtió en enojo al ver que mientras corríamos de ahí el se estaba riendo a carcajadas como si fuera un juego, después de eso me ofreció llevarme en su auto a mi casa pero obviamente le rechaze pero era tan insistente pero sobre todo tan molesto que termine aceptando solo para que se callara, ya llebavamos como unos cinco minutos de viaje cuando dijo:

- Eso fue muy divertido pero tienes que tener más cuidado de por dónde camina Lucia.

De repente sin pensarlo mucho me salió la voz y por fin después de dos días pude hablar.

- ¿Así? pues no recuerdo haberte pedido tú opinión, y no rías como si ese lugar fuera divertido ¿acaso ahí no fue donde te dejaron mal herido?( dije furiosa)

Se puso serio de golpe como hubiera dicho algo que no debía.

destino, castigo y pecado Donde viven las historias. Descúbrelo ahora