capitulo 2 el demonio

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«Mira, sólo hay un medio para matar a los monstruos; aceptarlos.»
Bestiario,Julio Cortázar

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Los latidos de Valencia se dispararon, su garganta se secó y pasó saliva para aliviar su miedo.

Había un refrán sobre los demonios y las brujas. Los demonios tenían una debilidad y era alimentarse de brujas. Era un mito, pero cabía una gran posibilidad de que fuera real

-Prueba una gota de mi sangre y verás tu carne retorcerse en sí misma.- amenazó Valencia fijando sus ojos en los de él, que estaban fijos en las venas de su muñeca. Él frunció su ceño. Se vio confundido de la pedantería con la que hablaba.
-Un veneno dulce como el más grande elixir.- agregó ella acercando su rostro a él de él, con arrogancia. Para luego esbozar una sonrisa.

Él soltó su muñeca con brusquedad y se alejó. Chasqueó su lengua con molestia

-Demasiado tentador… Tan arrebatador que resulta mortal.-completó él recordando aquel dicho sobre las brujas

-Tienes buena memoria.-comentó ella -aunque deberías de agradecerme. Podría haberte dejado solo morir.- se mofó abusando de su suerte.-Pero algo me dice que no deseas morir.
Diago soltó una risa seca.

-Nunca sabes cuándo detenerte¿verdad?-expresó el hombre, con molestia.

Sonrió nuevamente

-la muerte es algo horrible para seres como tú..— agregó luciendo divertida. Él entornó sus ojos, era inusual para él, no saber qué sentimiento albergaba en la cabeza de esa mujer.

—te ves más bonita en silencio.- expresó él, intentando sacarla de sus casillas, que se enojara y que dejará de analizarlo. Valencia enarcó una ceja, era una frase detestable, apretó su mandíbula. Estaba por decirle alguna que otra ofensa, no obstante el ruido de un roedor acercarse le llamó la atención. Sonrió, con alegría.

-¿Qué tienes para mí?— indagó animando a que el animal se acercara Diago levantó su cabeza, pensó que de una vez por todas la mujer se iba a callar, pero frunció su ceño al percatarse que no le hablaba a él. El asqueroso animal respondió a la orden y se acercó dejándole una especie de ramilla.Luego se fue.

Diago torció su gesto. Cuando la brujilla loca se lo llevó a la boca. Lo masticaba y pronunciaba unas palabras, en una lengua que reconoció como latín. Luego se mantuvo en silencio.

-Eres más extraña de lo que imaginaba. Comentó el demonio observando cómo ella,aun con los ojos cerrados, esbozaba una sonrisa. Luego de eso, ella no le dirigió mirada alguna ,ni tampoco preguntó nada. Cuestión que él agradeció. Sin embargo, lograba desconcertar lo un poco ¿Por qué le habían encerrado juntos?

Por momentos parecía que iban a estar allí varios ciclos solares. Según sus cálculos,ya debía haber amanecido, aunque era difícil saberlo, la luz apenas se filtraba en aquel viejo calabozo Diago observó a la bruja dormir. Enrollada sobre ella misma. Debía de tener frío. Estaban en pleno invierno.Y solo traía un vestido blanco,y ligeramente morado arruinado, que no le cubría los hombros .

Él por suerte no sentía el frío. Solo, para desgracia de él, una terrible sed.No era solo un adicto, necesitaba nutrirse de los humanos para mantener la cordura. Casi sin poder evitarlo, sus ojos se conectaron con las venas de la muñeca de aquella bruja.La sangre fluía a un ritmo pasivo y lento.Sus mejillas se hallaban rojas debido al frío y sus labios algo morados. Nunca se había alimentado de una nigromante.Y no pudo evitar preguntarse cómo sería. Diago corrió su rostro con velocidad cuando escuchó los pasos del guardia acercándose.

Sintió una fuerte presión en su cuello.Su mandíbula se endureció. Podía atacar y alimentarse de aquel ingrato.

La reja se abrió y Valencia despertó. El guardia observó al demonio con cierto atices de repulsión y miedo, para después dirigir sus ojos a la muchacha.Ésta aún se hallaba acostada.

- Veremos si ahora quieres hablar.- masculló dejando entrever que le faltaban algunos dientes con una violencia innecesaria se acercó a ella y soltó las cadenas. Luego, a tirones,la hizo ponerse de pie.

-¡Quita tus manos! Vejestorio– Increpó resistiéndose a salir de la celda. El hombre pareció haber perdido la paciencia cuando estampó su mano en su mejilla haciéndola caer al suelo

-¡Calla tu puta boca! - vociferó observándola en el suelo, luego se puso de cuclillas para tomarle el rostro

-Nunca obtendrás nada de mí - contraatacó Valencia prosiguiendo a levantarse, no obstante,el guardia la empujó de vuelta

—Te crees muy lista mujerzuela? Te haré callar a golpes si es necesario! —Imperó el hombre acercándose nuevamente a ella, quien aún se hallaba en suelo. Diago sintió su garganta arder desesperadamente cuando lo vio entrar aún más en aquel estrecho sitio. Era un mal hombre…¿Quién lo extrañaría? Negó con la cabeza. No era justo juzgarlo así. ¿Acaso no tenía más dignidad que esa bruja?

-¿Eso te hará más hombre?- indagó la bruja con mofa. El hombre observó con cólera, sus ojos marrones brillaban un poco. Ante sus ojos era una mujerzuela que consideraba que podía usar a todos los hombres a su antojo . Pensaba que era poderosa. Como si una de su clase pudiera serlo. Era una bruja, ¿y qué? No parecía poder utilizar magia.Además que aquel sitio estaba repleto de agua bendita.

Sintió rabia. Muchísima rabia. Valencia lo continuaba mirando con burla. Eso solo elevó su odio hacia aquella puta hija del demonio.

-¿Qué? ¿Acaso di en el clavo? ¿No eres muy afortunado con las mujeres, verdad?, ¿por eso te fastidias conmigo? ¿Te hace sentir... ? poderoso? -El hombre pareció perder todo tipo de escrúpulo cuando se le abalanzó encima.

-¡Te arrancaré la lengua, hija del diablo!–Gritó ,envolviendo el cuello de Valencia con sus manos. Ella comenzó a empujarlo con las piernas. Intentando despegar sus repulsivas manos de su cuello.

Diago observó la situación con sorpresa. No era posible que aquel sujeto estuviera intentando matarla. Era una bruja. No eran tan fáciles de asesinar.De ser así, no estaría viva.

-¡Te enseñaré a respetar a los hombres, maldita! No era cierto.Diago cerró sus ojos. Buscando su autocontrol. El palpitar del corazón de la bruja y del guardia comenzaron a elevarse como el demonio. El viejo hombre comenzó a arrancar el vestido de la joven.

-¡Suéltame!- exclamó Valencia intentando sacarse lo de encima. Su intención era molestarlo burlarse de él.Pero se le había ido de las manos.
Creía que el hombre no iba a ser tan fuerte y que las hierbas que aquel animal le había alcanzado, surtirían efecto más rápido.

Valencia luchaba con todas sus fuerzas pero le era imposible quitárselo de encima.

Diago presionó sus puños con fuerza. Merecía morir.A pesar de que ella era todos menos una santa. Valencia sintió su cuerpo liberarse del hombre.

Escuchó una maldición y luego vio caer a su lado el cuerpo reseco y marchitado del guardia. Se levantó aún confundida. El hombre estaba muerto. Aunque no parecía ser sólo eso. Se incorporó.

Y arrodillado junto al cuerpo se encontraba aquel demonio. Estaba con el cuello y la boca goteando de sangre. Tenía los ojos cerrados y las manos limpiaban la sangre que chorreaba a su torso.

-¿Qué esperas para salir huyendo bruja? Valencia se sorprendió al escucharlo hablar, ella después de todo creía que él estaba en una especie de trance. Observó la puerta abierta.Y las cadenas lejos de sus muñecas. Debía hacerlo. Era su oportunidad.

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¿Que pasará ahora?

Eso lo veremos en el próximo capítulo

Muchísimas gracias por leer🧡✨✨✨

Les mando mucho cariño y un abrazo 🙌

Quería comentarles,que mi idea es actualizar una vez por semana, y en lo posible ( alguna vez,meter dos capitulos por semana)

Este cap lo dedico a estilonalita  y JenniferDorado10. Gracias por apoyar mi historia 🧡

Valencia | Brujas y demoniosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora