6: A solas (parte 1)

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Narra Victoria

Al ver a Lucía sentada en mi sofá viendo toda mi casa de arriba a abajo me límite a llevarle una manta de mi cama y sentarme a su lado tapandola de una manera de que ninguna parte de su cuerpo quede descubierta. Lucía se me hacia muy tierna en ese estado, completamente arropada, con esos ojos intentando decifrar como era mi casa y acomodandose en el sofá para estar comoda, me daba la sensación de que era como una niña pequeña que necesitaba y requería atención, y no me molestaba darle en lo absoluto, en lo poco que conozco a Luci ya pude más o menos saber lo que agrada o no y eso me hace estar alerta en algunas situación específicas.

A los pocos minutos ví como la cabeza de Lucía estaba apoyada en mi hombro y por debajo de la manta acercaba su mano q la mía, al sentír el mínimo tacto con su mano me di cuenta de que estaba totalmente fría y un poco sudada, definitivamente su fiebre no había bajado en lo absoluto y se le notaba físicamente. Con un poco de rubor en mis mejillas tome su mano delicadamente y la acaricie, no sabía como me sentía en ese momento, solo sabía que era un momento lindo y especial. Con Lucía la pasaba bien constantemente, eso era raro ya que no soy de pasarla muy bien con alguien, pero con ella es como que toda mi vida toma color, desde que la conocí siento que todo es mejor y me gusta tenerla a mi lado.

(...)

Nos encontrábamos viendo una película de terror las dos juntas sentadas en el mismo sofá, las dos tapadas con la manta y Lucía con su cabeza apoyada en mi hombro mientras le hacia pequeñas caricias en el pelo y en su mano derecha. En una parte de la película aparecía mucha sangre cosa que creo a que Lucía no le gusto mucho por su acto al ver eso.

Lucía: -se tapó los ojos y acurruco su cabeza en mi cuello haciendo pequeños quejidos-

— Ey, lu -la abraze y le di un beso en la frente- quieres que quité la película? Por lo visto no te gusta la sangre -dije preocupada-

Lucía: -asintió levemente asustada y me abrazo siguiendo con su cabeza en mi cuello- porfavor....

— Bien, tranquila Luci -agarre el control remoto y saque la película y ahí fue donde me acorde de algo, los pingüinos a ella le encantaban así que busque un documental de pingüinos y lo puse, sabía que eso le gustaría-

Lucía: -al escuchar el sonido del documental se dio vuelta y se quedó totalmente concentrada viendo a las pequeñas aves- Son lindos, mucho.

— Es verdad, amo sus colores -sonreí al ver como le encantaba ver a los pingüinos y acaricie su cabello para luego agarrar mi celular y ver la hora- son 20:28 linda, te tienes que ir? -pregunte con cierta tristeza-

Lucía: No me quiero ir... -dijo triste y se pego más a mi sin quitar la vista de la tele y agarro su celular- me puedo quedar?

— Claro que te puedes quedar lu -sonreí y le di un beso en la mejilla, Lucía justo corrió su cara y le termine dando un beso en la comisura de los labios- Ou... -rei levemente- vas a tener que avisarte a tu madre Luci

Lucía: Si, lo sé bonita -se sonrojo al decirme ese lindo apodo y agarro su celular para escribirle a su madre, le aviso que se quedaría a dormir en casa de una amiga y apagó su celular-

— Te gusta la pizza? Podemos cocinar si gustas, aunque no soy tan buena en eso -sonreí y acomode un mechón de cabello detrás de la oreja de Lucía-

Lucía: Si! Me gusta cocinar aunque tampoco sea muy buena, vamos a ser un buen equipo en la cocina -dijo con ironía-

— Te creo niña -sonrei-

Nos levantamos de nuestros asientos y fuimos a la cocina, saque todo para hacer la masa de la pizza y los ingredientes que le agregariamos después arriba. Al comenzar a hacer la masa las dos nos habíamos manchado bastante de harina, era como una guerra de harina, la estaba pasando genial lo juro. Al terminar de hornear todo y ponerle los toppins a la pizza nos sentamos en la mesa y habíamos comenzado a comer y ahí fue donde se me ocurrió otra idea.

— Te gusta el helado, no es cierto? -la mire intrigada-

Lucía: así es, lo amo -sonrio- lo comería todos los días, lo juro -rio-

— Pues entonces ya tenemos postre, que gusto quieres? -pregunte agarrando mi celular-

Lucía: Chocolate y también, si tienen dulce de leche -entusiasmada me miro-

— Bien, perfecto en 30 minutos hay que ir a retirarlo así que no te molesta quedarte un rato sola acá, no linda? -la mire y me perdí en sus ojos... Esos ojos color miel, tan lindos y tiernos-

Lucía: Claro no me molesta bonita, tranquila que no te voy a romper nada -sonrió de esa manera tan linda y también me miro, nos quedamos pérdidas en la mirada de la otra hasta que un sonido interrumpio, se había caído un vaso de vidrio y se había roto-

— Joder -suspire-

Lucía: Auch -se tapó los oidos ante el sonido tan fuerte y cerro sus ojos-

Me había dado de cuenta de que ciertos sonidos, luces, etc, le molestaban y eso me llamaba la atención, o sea obviamente no quería interferir si ella tenía alguna discapacidad pero quería saberlo para prevenir ciertas cosas que le puedan dañar ya que quería cuidarla y hacer todo lo posible para que se sienta comoda.

Narra Lucía

Al sentir el ruido del vaso cayendo mis oídos se aturdieron y me los tape y cerré mis ojos fuerte, esos ruidos me hacen mal y al tener tanta sensibilidad hay veces que me daban hasta ganas de llorar, mis ojos se pusieron llorosos pero me calme gracias a Vicky que se acercó a mi.

victoria: Lu, estas bien? -se agachó un poco a mi altura y me abrazo- ven hay vidrio por todo el piso y no quiero que te cortes -me alzó y me llevó hasta el sofá-

— T-tranquila -pase una mano por mis ojos y me sonroje ante sentir el tacto de las manos de Vicky en mi cintura para llevarme el sofá-

(Continuará...)

𝙀𝙣𝙩𝙧𝙚 𝙩𝙪𝙨 𝙢𝙖𝙣𝙤𝙨.. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora