Lo encontré.

La primera mirada.

-Milán-
Ya estamos a mitad de enero y todo sigue igual. Es domingo, hoy vuelvo a ver esa mirada que llena de luz mis días.
Llegué a la iglesia tranquilo. Coral siempre llega un poco tarde, así que bajé a mi salón de escuela bíblica sin temor alguno.
-Riiiiiingggg- sonó la campana.
Sin darme cuenta ya la clase había terminado y cuando subiera al templo sabía que iba a verla en la lejanía otra vez.
Entré y fui directamente a mi bajo. Los dedos me están temblando, las manos me sudan y tengo frío. Agarré mi bajo y empezé a tocar a ver si lograba entrar en normalidad.
Cuando levanto la mirada hacia la primera fila de bancos veo a Lía lanzarme una sonrisa pícara y cuando miro al lado de ella, allí estaba Coral en la primera fila, justo frente a mi. Pero obviamente, no estaba mirándome.
Era evidente que Lía sabía algo que a mi me interesa saber, por la manera en que me miraba.
Ese domingo me lucí tocando aunque ella nunca miraba a los músicos.
-Mira para alfrente- dice Cristhian.
Cuando levanté la mirada, automáticamente se conectó la mirada de Coral con la mía.
-No puede ser!!- pensé.
¡Coral me estaba mirando a mi!
Es irónico como una simple mirada me iso el día.
Se acabó el culto y Lía se quedó hablando con Coral. Decidí bajar con Cristhian a saludarlas.
Sería bueno para ambos porque Cristhian está enamorado hace un tiempo de mi hermana.
-Hola- nos dijo Lía rápidamente.
-¿Cómo estas Coral?- Dije por que fue lo primero que se me ocurrió. Me puse muy nervioso.
-Bien, y tu?- me contestó.
-Bien.- hubo un momento de silencio y le pregunté si iba a asistir a la fiesta de cumpleaños de la hermanita menor de Daniel, el baterista que era uno de mis amigos del grupo.
-Sí, voy a ir- me contestó muy animada.
-nos vemos allá- me dijo con una sonrisa y se fue.
Espero que mis tontos miedos me dejen hacer una conversación con ella.