🫧 ¡Felix!

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Es la primera vez que el pequeño Felix va a pisar una juguetería. En realidad, ya lo ha hecho varias veces, pero sus papás siempre le han elegido los juguetes.

Jisung ha pensado que ya era hora de dejar que su niño escoja su personalidad y sus cosas, así que ha decidido hacer reformas en su cuarto y comprarle nuevos juguetes que sean más acorde con la personalidad de su niño.

En cuanto ve todos los estantes llenos de juguetes, de muñecos, de peluches, sus ojitos se abren en demasía y se queda boquiabierto. Minho mira a Jisung y estos se ríen.

—Los quiero todos.— Y Minho se atraganta con la saliva. Tose para disimularlo.

—Niño, ¿tú te crees que yo vivo en el banco?— Menciona Minho, recibiendo una mirada fulminante de su esposo.

—Que tacaño eres, dios mío.— Bufa Jisung, y el niño se ríe de su papá Minho. Jisung suelta un largo suspiro, y se agacha al pequeño pecoso. —Tú escoge lo que quieras, gordito, que mami te lo compra.— Dice Jisung, con una voz muy maternal y posando sus labios en la frente del querubín para darle un beso.

El pequeño asiente felizmente y esboza una sonrisa tan grande que los cachetes le duelen. Y empieza a corretear por toda la juguetería, siendo seguido por sus padres.

A Minho se le hacía eterno estar ahí, y empezaba a resoplar con cansancio. Ya quería irse a casa.

—Eres peor que un niño, de verdad. No se puede ir de compras contigo a ningún lado.— Lo mira de reojo el más bajo.

—No haberme traído.— Le dice, con todo el afán de molestar a su esposo por un momento. Cuando recibe la mirada asesina, se calla y asiente. —Vale, perdón.— Se ríe, y le pasa el brazo por encima de los hombros.

—¡Quiero esto!— Los adultos bajan la mirada al escuchar esa voz tan chillona, y ven lo que el niño está señalando. Son un pack de unas muñecas Barbie.

—Jisung, el niño es gay.— Le susurra al oído al mencionado automáticamente, a lo que recibe una sutil colleja por parte de este. Felix mira a su padre, y apreta los labios para no reírse.

Jisung se agacha, apoyando sus manos en las rodillas, y le acaricia el pelo a su pequeño.

—¿Eso quieres, precioso? Eso vas a tener.— Le sonríe, y el niño da pequeños saltitos, feliz por tener nuevos juguetes.

Al llegar a casa, Felix abre muy emocionado su pack de muñecas, y unas cuantas cosas más que sus papás le compraron aparte. Empezó a jugar muy ilusionado en la alfombra que tenía en el salón, mientras sus papás se quedaban en el sofá.

Jisung se empezó a reír cuando vió a Felix besarse con el Ken que habían comprado.

𝐈 𝐝𝐨𝐧'𝐭 𝐥𝐢𝐤𝐞 𝐎𝐦𝐞𝐠𝐚𝐬 𝐛𝐮𝐭 𝐲𝐨𝐮.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora