Capitulo 114

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kyson punto de vista

No tenía idea de lo que me pasó; Casi la ataqué. Su calor sigue siendo intenso a pesar de que ya no sufre sus efectos. No era mi intención gritarle, pero la habría inclinado sobre mi escritorio si no se hubiera ido. Pasaron veinte minutos antes de que me calmara lo suficiente como para volver a cambiar. Agarro la botella de whisky de la mesa de la lámpara y bebo de ella.

“¡M***** idiota, estás tratando de que te maten!” le espeto.

“Lo siento, pensé que tenías el control, o no la habría agarrado”, chasqueé la lengua y maldije, sacudiendo la cabeza antes de acercar la botella a mis labios.

—Déjame explicarle —dice Damian y niego con la cabeza. “No, yo quiero que ella se me entregue cuando ella quiera, no porque se sienta forzada porque mi vida está en riesgo”, le digo.

“¿Kyson?”

“La inyección solo dura dos días. Tenemos algo de margen. Azalea cambiará de opinión —le digo, no tan seguro de que lo haría.

“¿Y si no lo hace?” Muerdo el interior de mi labio.

“Ella lo hará,”

—Si no lo hace, se lo digo —gruñe, y yo le gruño.

“Te mueres, ¿entonces qué? La dejaste vivir con esa culpa. Nadie puede protegerla como tú, Kyson. Piénsalo.”

“No quiero que se sienta obligada”, le digo.

“¡No dejaré que mueras, y ella tampoco!” él chasquea. Damian me lanza unos pantalones y una camisa, dándose cuenta de que todavía estaba desnudo. Los tomo, me los pongo y abrocho los botones. “Deberíamos irnos. Quiero volver antes de mañana.

“No deberíamos ir, no mientras estés así”

“Exactamente por qué vamos. Estoy luchando por contenerme. Ahora toma las llaves. Nos vamos —le digo, agarrando mi billetera del escritorio y metiéndola en mi bolsillo. Empujo las puertas para abrirlas y camino hacia el frente del castillo. Necesitaba estar lejos de ella por un tiempo, solo hasta que tuviera estos impulsos bajo control.

Sin embargo, cuando llego a la puerta, tropiezo, el vértigo me invade, y la habitación se inclina y se inclina, haciéndome tropezar. Mi mano sale, atrapándome en la pared antes de desmayarme. Un sudor frío hace que el sudor se acumule en la nuca.

Todo me dice que lastime a mi pareja. Cuando Damian agarra la parte superior de mi brazo, parpadeo, tratando de alejar los efectos.

—Deberíamos quedarnos —murmura, pero sacudo su mano. “Estoy bien, nos iremos solo 12 horas como máximo, mucho tiempo, y para cuando regresemos, el m********n debería estar casi agotado”, le digo.

Damian gruñe con desaprobación, pero no dice nada mientras empieza a marcharse.

Gannon está de regreso. Debería estar aquí antes de que volvamos. Damián me asegura.

azalea punto de vista

Pasó una hora cuando escuché un golpe en la puerta. Miré hacia él antes de escuchar el giro de la manija, pero no se abrió.

Su Licántropa Luna PerdidaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora