Reincarnation.

Prologo

Antes de comenzar quiero aclarar que esta es una idea que vino a mi mente hace tan solo unos días y la estoy escribiendo porque sinceramente me canse de no encontrar a nadie que la exprese entonces yo lo hare, el fanfic probablemente tenga muchas incoherencias ya que esta mayormente hecho con el propósito de que los personajes se terminen besuqueando.
De igual modo si alguien quiere tomar la idea y hacer algo con ella agradecería que me pasen su fanfic para leerlo también porque hacen falta fanfics de estos.

También quiero aclarar que soy una escritora sensible, y no me refiero a que no soporto que me critiquen, me refiero a que muy probablemente no escribiré a un Loki tan toxico o sexual como los otros fanfics jamás, soy fiel creyente de Loki masita como en la serie entonces si buscan 50 sombras de grey, aquí no es.

La idea de estar entre las nubes es preciosa, volar como un ave sin limitaciones como estar dentro de un avión o un traje como el de Iron Man, solo uno mismo y la brisa ligera a kilómetros del suelo, casi tocando las estrellas, un sueño como ese era recurrente para una joven estudiante que se pasaba las tardes trabajando de mesera, una vida decente pero que carecía de emoción alguna, al menos hasta que en mundo se viera sorprendido por la inesperada llegada de un rubio que juraba ser el dios del trueno, claro, nadie en el pueblo le creyó en ese entonces exceptuando a un trio de astronomos ¿Y cómo no creerle? Lo atropellaron unas dos veces, se la debían.

Poco después de su llegada, todos se enteran de que hay un extraño martillo que cayo solo unos kilómetros lejos del pueblo, un martillo que nadie es capaz de levantar, cosa que atrajo a la mayoría a tratar de levantarlo.

- ¿No han considerado que quizá este adherido al piso con un super pegamento? - Pregunta la joven mesera y su jefe niega con la cabeza.

- Un par lo pensamos, pero cuando un viejo no pudo sacarlo aun tirando de el con su carro entendimos que era su peso.

- ¿No encontraron a nadie que pudiera levantarlo? - Pregunta con curiosidad, pero al recibir otra negativa a su pregunta suspira, claro, nada emocionante, de nuevo.

- No es que nos rindiéramos, cuando llego mi turno la zona fue rodeada por varios autos negros, se esmeraron en decir que no era nada importante pero no me trago ese cuento.

- ¿Porque?

- Porque son las mismas personas que le robaron toda su investigación a los astrónomos de al lado.