One-shot choni (Riverdale)

El reencuentro (parte 1)

—Jay Jay, ya vamos a llegar —le susurré, a mi hermano menor, de cuatro años. Él se fue despertando de a poco—. ¿Cómo estuvo tu siesta? —le pregunté y sonrió soñoliento.

—Bien —respondió y volvió a acurrucarse en mi pecho.

Sonreí y besé su cabeza.

"Próxima estación: Ñuñoa", anunciaron los altavoces del vagón.

—Esa es la nuestra —habló, Jason.

—Sí, esa es.

Mamá y papá me habían dejado a cargo de él, mientras se iban a un viaje de negocios. Y justamente hoy, en su colegio era feriado. Entonces al no tener con quién dejarlo decidí llevarlo conmigo a la universidad. Después de todo iría a dejar algo y ya.

—¿Por qué te hacen hacer casas tan pequeñas? —preguntó, señalando la maqueta que estaba en un asiento junto al nuestro.

—Para la gente pequeña.

—¿En serio?

Me reí.

—No.

Él infló sus mejillas, y antes de poder seguir con nuestra conversación el metro se detuvo. Jason se levantó de mi regazo, yo tomé mi trabajo, le di la mano y nos bajamos.

—¿Por qué no traes mochila?

—Porque la dejé en casa de Verónica.

Se quedó pensando.

—¿Ella va a llevártela a la universidad?

—Mmm..., sí, eso creo.

Él asintió.

—Me agrada Verónica.

—A mí también —habló una voz detrás de nosotros. Ambos volteamos y ahí estaba una chica morena, un poco más bajita que yo, que se llamaba...

—¡Toni! —exclamó mi acompañante, soltando mi mano y corriendo en su dirección. Quién lo esperaba con los brazos abiertos.

Toni fue mi mejor amiga junto con Verónica, en mis últimos años de colegio, las tres éramos muy unidas, y por cosas de la vida perdimos el contacto. Pero la verdadera pregunta era: ¿Cómo Jason sabe quién es? Si despareció de mi vida al mismo tiempo que él se incorporaba, incluso antes de saber de su existencia.

—¡Cher, mira! Es Toni —gritó y yo asentí confundida. Me acerqué levantamente y ella lo bajó, él la tomó de la mano y la arrastró frente a mí—. Cher, ella es Toni, la mejor amiga de Verónica —me la presentó y ambas sonreímos—. Toni, ella es Cher, mi hermana mayor y la otra mejor amiga de Verónica.

—Creo que ya nos habíamos visto —bromeó, acercándose aún más.

Le entregué la maqueta a nuestro presentador.

—Así parece.

Me abrazó y yo correspondí su gesto.

—¿Ya se conocían?

Nos separamos y ambas lo miramos.

—Algo —respondimos al unísono, divertidas.

Nos quedamos hablando un buen rato en medio de la estación. Era divertido recordar nuestras anécdotas y sentir todavía esa conexión que sólo nosotras compartíamos. Derrepente, a causa de una pregunta que hizo, recordé porque estábamos ahí.

—¡La maqueta! —exclamé y Jason la seguía sosteniendo. Él estaba sentado en el suelo junto a nosotras, con su cabeza apoyada en mis piernas—. Toni, fue un gusto volver a verte. Pero ya tenemos que irnos. —Besé su mejilla y le pedí a mi niño que se levantará, él se despidió agitando su mano.

Cuando estábamos avanzando, ella me detuvo del brazo.

—Yo podría llevarlos, mi auto está a una cuadra de acá. ¿A dónde van?

—A la universidad de Chile.

—¿En serio? Yo también voy para allá.

—¿De verdad? Qué casualidad.

—¡Me duelen los pies! —se quejó mi mal tercio.

—Dale la maqueta a tu hermana y yo te tomo en brazos —le dijo, Toni, y él obedeció—. ¿Qué les parece si después de esto vamos por un helado? Yo invito.

Iba a rechazar su propuesta, pero Jason se me adelantó.

—¡Sííí! Yo quiero de chocolate.

Sonreí y ella me miró, esperando mi respuesta.

—Yo quiero uno de frutos rojos.

Me sonrió de vuelta y los tres comenzamos a caminar a la salida.

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