ᰔᩚ 𝟎𝟏𝟒 ᰔᩚ

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Luego de atar a Sam, la metimos en la cajuela del auto del papá de Deena para ir a la casa de C. Berman para que ella nos diga que hacer con ella. Siendo sincera, daba miedo, parecía que tenía rabia y no estaba vacunada contra la rabia.

— Vamos, quiero salvar rápido a Sam y acabar de una vez con la maldita maldición.—dice Rebecca, subiéndose al auto de los Johnson, le había pedido permiso a Deena primero—

— Vamos, Rebecca tiene razón. Además tengo una extraña emoción de felicidad por ir a ver a C. Berman.—digo, subiéndome al asiento de atrás junto con Deena, mientras Josh se sube al asiento delantero—

Simon y Kate también se subieron al auto, aún no procesaban que Vanessa y Rebecca estaban vivas.

Kate manejaba, Josh estaba en el asiento del acompañante, Simón y Rebecca en el asiento de atrás junto con Deena y yo sentada en el regazo de ella.

— ¿Todos listos?—pregunta Kate, prendiendo el auto—

— Listos.—decimos todos menos Kate al unísono—

Luego de eso, partimos hacia la casa de la sobreviviente del campamento, C. Berman.

Al llegar, los adolescentes vieron una linda y algo descuidada casa con todas las luces apagadas

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Al llegar, los adolescentes vieron una linda y algo descuidada casa con todas las luces apagadas.

— ¿Estará en casa?—pregunta Simon viendo la casa—

— Si.—contesta la pelirroja, viendo la casa con el dije del collar entre mis manos—Vamos.

Al decir eso, abre la puerta del auto y baja, siendo seguida por todos.

— ¿Segura que hay alguien?—pregunta ahora Kate, viendo como Deena tocaba con insistencia la puerta—

— Me dirás loca, pero se que C. Berman está aquí.—contesta Vanessa, viendo como Deena se metía por una ventana que estaba
abierta—

Grande fue su sorpresa al ver que es metida adentro, asi que Vanessa se acerca rápidamente a la ventana.

— ¡No te vayas a mover!—amenaza la mujer pelirroja, apuntando a la morena—

— ¡Espera!—la detiene la pelirroja, sin dejarse ver aún—

— ¡Por favor! ¡Por favor! Te llamamos.—habla rápidamente ahora la morena, apagando la linterna para dejarse ver—

La mujer parecía recordar ese momento ya que bajaba lentamente el cuchillo, viendo a la ventana para observar a la adolescente de pelos rojizos.

Al verse, ambas pelirrojas se analizaban, cada una con diferentes emociones en ellas; la adulta la miraba con alegría y con ganas de llorar, de abrazarla y nunca soltarla, mientras que la adolescente la miraba con desconfianza, analizando su próximo movimiento.

— ¿Por qué diablos vinieron?—pregunta gelidamente, viendo a las adolescentes—

Luego de hablarlo, la adulta los siguió hasta la cajuela del auto de los Johnson, viendo dentro a la rubia poseída.

𝐒𝐢𝐞𝐦𝐩𝐫𝐞 𝐣𝐮𝐧𝐭𝐚𝐬 || Deena Johnson || Donde viven las historias. Descúbrelo ahora