7. "Ensayo" parte 2

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Estaba practicando unas notas que no me salían. No dejaba de pensar en Leah, en sus gestos, en ese maldito escote.

La guitarra hizo un horrible chirrido, lo que me hizo volver a afinarla y empezar de nuevo.

Seguí con las notas altas, las que no me salían. Y a mi mente volvió ella, sus labios, sus manos aferrándose a mi cabello, sus gemidos en mi oído.

Y la guitarra volvió a hacer aquel horrible sonido. Me frustré y dejé la guitarra en su lugar, si lo seguía intentando, la terminaría rompiendo

Me dirigí al estudio, donde estaban mi hermano y Leah. Antes de llegar los pude escuchar hablar.

—¿Como un ritmo tan suave puede tener una letra tan sexual? — dijo Nick y se escuchó la risa de Leah.

Entré en el lugar. Estaban sentados frente a frente mirando la canción que había escrito. Fijé mi vista en Leah, en su desordenado cabello, en sus piernas y ese escote. El mismo que me había provocado frente a todos y deseaba quitarle ahora mismo.

—¿Hola, Tom? — dijo mi hermano sacándome de mis pensamientos.

—Tengo sueño — mencioné sin quitarle la mirada a mi novia.

Ella rió y se levantó de su asiento.

—Si, yo tambien — dijo haciéndose a mi lado —, mañana terminamos Nick. Buenas noches.

Así fue como salimos del estudio dirigiéndonos a nuestra habitación.

Al llegar a la puerta, Leah se giró y se acercó a mí para darme un suave beso en los labios. Abrí torpemente adentrándonos en la habitación, donde ella cerró con seguro.

La recosté en la puerta, y la besé mostrando la lujuria retenida. Ella sonrió en medio del beso antes de soltar un pequeño jadeo.

—¿Seguro que tienes sueño? — dijo pasando sus manos por mi cabello.

—No, quiero follarte — le respondí pasando mis manos por su cintura.

Nos separamos por la falta de aire, pude ver cómo sus mejillas estaban rojas y su respiración algo acelerada.

La llevé hasta la cama, se acostó y yo comencé a besarla, pasé por su cuello y comencé un camino hasta la parte baja de su abdomen. Puse mis manos en su cadera haciendo suaves masajes con mis pulgares en su piel algo caliente.

Levanté la mirada, su respiración estaba acelerada, sus mejillas seguían muy rojas y tenía los ojos cerrados. Tomé sus piernas y las levanté un poco, ella soltó un pequeño jadeo al sentir mi respiración en sus muslos, empecé a dejar suaves besos en ellos y mis manos seguían haciendo círculos en sus caderas.

Me acerqué a su sexo, corrí sus bragas y besé un poco, ella soltó un jadeo y con sus caderas me exigía más.

Comencé nuevamente a besar la parte interna de sus muslos, muy cerca de su sexo, tanto, que mis labios rozaban la zona de vez en cuando, lo que provocaba que Leah soltara unos cuantos gemidos, arqueó la espalda y una de sus manos se posó en mi nuca.

—Por favor... — dijo soltando un suave jadeo.

Me levanté y volví a recorrer el mismo camino hasta llegar a sus labios, que me esperaban con lascivia. Mientras una de mis manos masajeaba su cadera y subía hasta colarse en sus bragas.

Me acerqué a su sexo, estaba húmeda, por lo que fue fácil masajear su clítoris. Leah entreabrió los labios, y movía la cadera de forma rítmica pidiéndome más.

Introduje el anular y el corazón en ella. Lo que provocó un pequeño arqueo en la espalda, cerró los labios con fuerza reteniendo un gemido. Comencé a moverme, era un suave vaivén que sabía que la torturaba.

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