|Unus|

18 3 7
                                    

Dolor.

Dolor es lo único que se puede distinguir en su mirada cuando la espada atraviesa el cuerpo del pobre ángel que cayó en esas crueles manos.

Sin compasión, aquel ser desalmado vuelve a enterrar su arma en el cuerpo del inocente ángel, quien tan solo puede ofrecer una mirada suplicante, mendigando por un poco de piedad. La sangre dorada está salpicando el rostro del demonio, las preciosas alas del ángel están completamente rotas y su rostro perfecto que antes parecía ser tallado en marfil, ahora solo es una mancha de sangre y carne viva.

Dolor.

Dolor era a lo que quedo reducido el pobre ser, y aún así Harry nunca había sentido tanta felicidad de ver sufrimiento en alguien tan puro.

-Mándale nuestro regalo. -Le ordenó a su mano derecha, el único demonio en el que depositaba ciegamente su confianza, Zayn. Un ser precioso a la vista de cualquier mortal, pestañas espesas que enmarcaban unos ojos color miel hipnotizantes, cada pedazo de su piel parecía haber sido trazado por el pincel más delicado. Zayn era el comandante Supremo, era la autoridad de todos los demonios en el infierno.

-¿Debería ponerle un moño? -Pregunta Zayn con sorna. Claramente divirtiéndose al ver el cuerpo arruinado del pobre ángel.

-Haz lo que quieras con él, ansío ver su reacción. -Es lo último que Harry dice antes de desaparecer en el aire, dejando un rastro de humo negro a su alrededor.

⋅ ˚̣- : - ⭒ ⊹ ⭒ - : ✧-✧ : - ⭒ ⊹ ⭒ - : -˚̣⋅

-¡Tenemos que hacer algo! -La voz de un trono de alto rango resuena entre todos los angeles reunidos para discutir sobre el cuerpo destrozado que fue enviado desde el infierno.

-No podemos dejar que haga lo que quiera, matar a un ángel es el mayor pecado que existe. -Dice un principado con determinación en cada facción de su rostro. Iba a proponer una idea cuando una brillante luz resplandecío en toda la habitación.

Todos se quedan callados al escuchar una gruesa voz en cada rincón del palacio, proviniente de un Serafín, los mensajeros y servidores más cercanos a Dios. -Vamos a tomar medidas, pero si queremos terminar con él debemos atacarlo con lo que más le duele.

-¿Y como vamos a saber qué es lo que más le duele? El ángel caído ni siquiera tiene sentimientos, disfruta del dolor. -Dice un valiente arcángel.

-Eso es lo que ustedes piensan, pero en algún momento de toda la eternidad hubo alguien que le llegó a importar a Lucifer.

-¿Y quién es ese ser? ¡No hay nada de eso en los textos! Es algo imposible. -Repite el testarudo Arcángel, impasible.

-Ustedes, ángeles, no tienen que saber quién fue. Nuestra prioridad es terminar con Lucifer y tenemos que actuar ya. -Continúa el Serafín. Nadie comprendía como iban a terminar con el príncipe del infierno, un ser sin conciencia condenado a vivir del dolor de las almas en pena por el resto de la eternidad.

Pero un pequeño querubín de ojos azules, con un rostro perfecto y detallado, cabello plumoso y un delicado cuerpo ya había entendido las intenciones del serafín, iban a enviar a alguien de la primera jerarquía para asesinarlo. Muchos pensaban que era imposible matar a la estrella de la mañana, sin embargo los altos mandos sabían que Lucifer tenía una debilidad oculta.

La primera jerarquía siempre tenía un plan y el control de todo lo que sucedía en el universo, pero este era el más arriesgado hasta ahora, necesitaban de alguien vigoroso y ese querubín era el mejor guerrero en combate que se tenía en el cielo, amado y reconocido por todos.

Sin pensarlo, el hermoso castaño alzó su dulce y melodiosa voz entre la multitud consternada. -Quiero hacerlo. Soy el más apto para este trabajo. -Otro brillo vuelve a cegar la habitación y el Serafín ha desaparecido, era una clara invitación para que el ángel se dirigiera a la gran puerta tallada en oro puro para poder discutir el plan en privado.

Angels fly |L.S|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora