C78 - El Aroma de la Nieve (1)

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... Baraya, baraya, agabaraya...

... El corazón es una vela, así que quema este lugar...

Estas eran oraciones que se habían transmitido desde la antigüedad.

Mientras los monjes cantaban Amitabha, los cultistas demoníacos cantaban Baraya.

... Baraya, baraya, agabaraya...

... El corazón es una vela, así que quema este lugar...

Nadie sabía lo que significaba 'baraya'. Así que Baek-hyang tampoco lo sabía. El anciano que trajo a So Baek-hyang al Culto Demoníaco no lo sabía. Lo memorizaron sin entenderlo.

Para So Baek-hyang, Baraya era una canción del pueblo. Fue un grito. Los gritos originalmente no tienen sentido. Entonces, ¿no era natural que la canción de los plebeyos tampoco tuviera sentido?

Uno podría memorizarlo sin entenderlo.

Al igual que la gente no tiene que saber mucho para gritar.

Una persona puede ser educada solo cuando aprende la etiqueta, y puede practicar la justicia solo cuando aprende la rectitud, pero la excepción es gritar. Incluso alguien que no ha aprendido nada podría gritar.

... Baraya...

... Baraya...

... Agabaraya...

Gritar era algo común entre personas de todas las naciones del mundo.

El mundo que miraba So Baek-hyang estaba gritando.

-No tengo nada más que enseñarte.

Dijo el anciano.

-Es hora de que hagas tu aparición.

-¿A dónde debería ir?

Entonces preguntó Baek-hyang. Una voz apagada. Ella ya se había vuelto madura.

El pequeño de 11 años no estaba aquí. Cabello negro, ojos negros, uniforme negro. La mujer estaba tan oscura como un pozo en la noche.

Quería ser el infierno.

Para convertirse en el infierno del pueblo, la mujer avanzó tanto.

-¿A dónde quieres ir?

-Al lugar donde la gente muere de hambre.

Entonces Baek-hyang respondió.

-Quiero ir a donde hay sed, donde hay gente que se está asfixiando, donde hay gente fría, donde están los drogadictos, donde están los enfermos, donde la gente es castigada por el gobierno, donde la gente se quema.

Entonces Baek-hyang miró al aire.

-Ahí es donde quiero ir.

- .......

Muy muy lejos.

El sonido de la oración se escuchó fuera del salón principal. Los cultistas demoníacos se inclinaban mientras rezaban. Sus voces. Su temblor. Baraya, baraya, agabaraya... Vibraron y viajaron a través del piso de madera.

-Entonces, Baek-hyang.

El anciano abrió la boca.

-Puedes ir a cualquier parte de este mundo.

Entonces Baek-hyang. 21 años.

Apareció en el mundo murim.

Ese invierno, 31 artistas marciales, 47 funcionarios de la corte en la corte y 55 miembros de familias poderosas en las provincias fueron asesinados.

SSS-CLASS SUICIDE HUNTER - NOVELA ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora