C40 - Su Tiempo (1)

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No envejeció.

Siempre fue joven.

-Estelle.

Se volvía hermoso día a día, y las puntas de sus dedos siempre olían a manzanas. En sus pies, había un olor a uva. La gente siempre estaba encantada con su olor cada vez que pasaba junto a ellos. Su cabello era de un color dorado, y cuando ondeaba con el viento, los aldeanos podían sentir el otoño.

-Estelle, Santa de la Frontera.

Desde hace algún tiempo, la gente empezó a decir esto,

-Señorita Santa.

Llegó una niña con un bebé. Dijo que había venido de muy lejos después de escuchar rumores.

-Por favor. Es un niño enfermo. Por favor bendice a esta pobrecita...

-¿Conoces las reglas?

-Sí Sí. Hago...!

Estelle asintió con la cabeza.

-Deja al niño aquí. Puedes venir mañana al amanecer.

La joven inclinó la cabeza y se fue.

Había un niño pequeño donde la mamá se fue, envuelto en una manta vieja pero suave. La joven había recogido las cosas más suaves que tenía para cubrir al bebé. Una manta vieja, manchada de leche... Estelle metió momentáneamente la nariz dentro de ella.

Qué agradable.

Los humanos harían cualquier cosa por amor.

-Kyu?

El bebé extendió la mano para tocar el cabello de Estelle.

Estelle sonrió. La vida era hermosa a pesar de que estaba envuelta en harapos. Estelle consideró que esto era felicidad.

-Está bien.

La sombra de Estelle se retorció.

-Ya no te lastimarás.

-Kya...

La sombra abrió la boca.

-Pobre cosa.

Estelle se tragó silenciosamente al bebé recién nacido.

La muerte del niño fue tranquila. Ni siquiera se resistió. Simplemente se calmó sin poder hacer nada. Cuando la piel y los huesos del recién nacido se derritieron, sus recuerdos entraron en Estelle. Eran recuerdos de la piel y los huesos del bebé. El dolor de nacer, sentir su dedo, la sonrisa de su mamá...

-Si.

Recuerdos breves de una vida corta. Después de examinar su parpadeo de vida, Estelle hizo un gesto hacia su sombra. La sombra hervía.

-Déjalo vivir un poco más.

En ese momento, la sombra se redujo a la forma de un bebé. La sombra negra se convirtió en un color de piel. Se retorció, sonriendo como una bestia inocente.

-¡Kya!

Estelle sonrió.

-Pobre cosa.

Tan pronto como amaneció, vino la madre. ¿Había pasado la noche esperando? Ella se veía lastimera. Estelle, que había estado esperando en el marco de la puerta, entregó al bebé en la manta a su madre.

-Ahora estará saludable.

-Ah...

-Ni siquiera contrae enfermedades menores. Por favor, continúe amándolo como lo hizo hasta ahora.

SSS-CLASS SUICIDE HUNTER - NOVELA ESPAÑOLDonde viven las historias. Descúbrelo ahora