No destinado [CRYMUA]

2- Florece mi amor

Yeri

La joven muchacha se encontraba alistándose, pues digamos de que habían pasado semanas desde que subió aquella indirecta de los tomates y igual había subido otras más, el Cry tambien lo solía hacer, ella sabia que esto algún día acabaría y más bien todo esto era por las visitas que le generaban a los dos, pero ya había admitido de que se enamoro de Edward, no de Cry, habían conversando y todo iba fluyendo.

Obviamente los fans no sabían lo que hablaban pero tenían una buena química, habían quedado en verse en un lugar algo solitario libre de fans, más bien esto fue decisión de el y la razón es para no causar escándalo por más visitas que tuviera.

Yeri sabía que ella estaba enfocada en sus estudios, en su carrera musical y en su próximo lanzamiento pero estaba segura de lo que sentía, mientras lo esperaba ella estaba arreglada y se veía como una muñeca, cualquiera que la vea quedaría embobado.

Sintió unos pasos y vio a Cry bajarse de su auto, el estaba con su playera de Metallica y unas Vans, se acercó y el se sentó a su lado.

-Hola Yeri- Cry rompió el silencio y la miro con esos ojos cristalinos, más bien ella sintió que su corazón iba a mil.

-Hola Edward!-

-Eh, traje esto de comer, no sé si gustes en probar.

-el silencio era algo incómodo pero no malo, ella accedió y al verlo rio, era una torta de jamón, tomate y queso.

-khee, como pelaste los tomates!?- El ahora se sentía más en confianza y soltó una risa, el dijo que vio un tutorial aunque se sintió algo avergonzando al decirlo.

-la conversación siguio fluyendo y cada vez la confianza aumentaba, podían ser ellos mismos sin miedo a ser juzgados, de la nada la noche llegó y la luna llena estaba preciosa. Seguían sentados y con chaquetas puestas, Cry observo a los ojos a Yeri y está estaba nerviosa después de mucho tiempo, el se acercó más y le dijo.

-Me confundes..yeri, no se que siento, no se que me haces, pero creo que me agradas en el sentido no amistoso.

-Ella se sintió como si fuera una joven de 15 con su primer amor, el se acercó y le beso la mejilla, ella solo se sonrojo y corrió la mirada a otra parte.

-Quizas los polos opuestos se atraen- ella lo abrazo y el correspondió, en su mente ella estaba feliz y contenta, lastimosamente no sabía lo que les deparaba el destino.