Capitulo 3

1.6K 155 19
                                    


Zoro

Desde que deje el barco un mal presentimiento me ha acompañado, incluso tenía la intención de regresar, pero la malvada mujer no me dejaba ya que quería que yo cargará con todo.

De igual forma no quería sucumbir ante extraños presentimientos por qué quería ser testigo de algo que considere imposible, Luffy estaba muy tranquilo al lado de nosotros, pese a que vimos varios hombres haciendo actos de magia, el en ningún momento se alejo de nosotros, permanecía manso y tranquilo, incluso Nami le regaló varias brochetas de carne como premio.

Su comportamiento era extraño.

–Luffy–le hablo a mi capitán y el con dos brochetas en su boca me trata de responder –¿Por qué nos vamos tan rápido?, Germa parece un lugar cómodo, incluso si hay carteles de nosotros en todos lados, nuestro perfil no resalta mucho.

Aunque al decir aquello caigo en cuenta de que era curioso, había cárteles con nuestros rostros en todos lados y nadie parecía alerta, ni siquiera usábamos algún disfraz.

–Por que Sanji me pidió que nos fuéramos lo más rápido posible.

Responde mi capitán y Nami se acerca curiosa para saber mejor la situación. A grandes rasgos Luffy nos cuenta su plática con Sanji y si bien no estábamos conformes con que uno de nuestros compañeros nos ocultara cosas, -más que nada por los malentendidos, como paso con Robin – Nami y yo estamos de acuerdo en que nuestro capitán hizo bien en aceptar su petición y permitir que se tomará su tiempo para explicar el misterio de esta isla.

Aunque ahora tenía una gran curiosidad por saber que tenía Germa de especial, tanto para incomodar a mi pareja, ya que él no era alguien que se dejara intimidar por cualquier cosa, por lo que está isla debe significar algo muy fuerte y peligroso para él.

En fin, las compras las terminamos en tiempo record, al igual que el resto de nuestros compañeros, así que nos juntamos todos en el mismo punto para ir rumbo al barco, solo que yo tome un pequeño desvío al ver algo que llamo mi atención.

Era un puesto que vendía rosas, recuerdo que Sanji me regaló una y yo tontamente la hice pedazos, en el dojo estábamos acostumbrados a cortar objetos para pulir nuestra técnica, así que cuando el me extendió la rosa me lo tome personal y la corte, después reflexione que era uno de los intentos de Sanji de ser romántico.

Me sentí tan tonto, peor cuándo me di cuenta del daño que le estaba haciendo, no era mi intención,  llevaba un largo tiempo enamorado de Sanji y solo con alcohol en mi sistema me atreví a soltar lo que con recelo ocultaba, incluso tuve el atrevimiento de besarlo, al momento lo ví bien, pero después con la sobriedad del día siguiente me di cuenta que force a Sanji, y que muy posiblemente el aceptar mis sentimientos era mera presión social, además de que él prefería poner la felicidad de otros antes que la suya, lo mismo con el dolor, incluso con la comida. Jamás entenderé el por qué de ese tipo de comportamientos, pero debido a eso decidí ser distante, pensé de forma errónea que así no se sentiría incómodo, pero estaba equivocado, el sentimiento era recíproco y ahora me sentía pleno, seguro, por ello compro una rosa, yo también podía ser romántico, yo también podía tomar la iniciativa.

Al tener una en mis manos busco a mi tripulación para regresar al barco, pero para mí sorpresa no había nadie y al caminar unas cuadras termino en un lugar desconocido.

Tal vez las calles de Germa se movían por si solas, al pasar cerca de un grupo de señoras ya viejas me intento ocultar, ya que ellas estaban viendo con gran interés los carteles de Se Busca.

–Viste a ese hombre, se parece mucho al señor Vinsmoke.

–Tienes razón, aunque también me recuerda al hijo que desapareció, ¿Cómo se llamaba?, San...Sen...

Buscando los sentimientos robados Donde viven las historias. Descúbrelo ahora