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Nicole

Salgo a correr con Bacon y Sira al parque, cada uno va a un lado.

Llevo el móvil en la funda del brazo y los audífonos puestos.

Bajo la velocidad y voy trotando hasta que termino caminando. Me siento en una banca al lado de un gran árbol. Los chicos se sientan frente a mis pies.

El parque está un poco vacío, a pesar de que el clima es precioso en este tiempo y el sol se oculta tarde, está terminando el verano. Hay parejas jóvenes y mayores paseando y charlando. Algunos toman helado. Otros están con sus mascotas, — como yo — paseando o jugando. Hay un grupo pequeño de familia supongo, ya que se parecen, sentados en una manta en el césped. Niños corriendo y jugando a las escondidas.

Echo la cabeza hacia atrás y cierro los ojos, inhalando la brisa fresca. Sira ladra — porque sí, conozco sus ladridos.

Abro los ojos, un pequeño niño se acerca con un algodón de azúcar en la mano.

—Shh, Tranquila Sira — digo y ella obedece.

—¡Hola! — dice el pequeño sonriendo — ¿cómo se llaman? — le regalo una sonrisa.

Me inclino hacia adelante, apoyando los codos en las rodillas.

—¡Hola pequeño! — palmeo la banca a mi lado para que se siente — son Sira y Bacon — les señalo.

— Son grandes, me gustan los perros grandes. — dice, regalándome una sonrisa tierna con los ojitos achinados.

—¿Quieres acariciarlos? — antes de que diga algo porque tal vez se asustó con Sira le respondo — no te harán nada, son muy dulces y juguetones, aunque no lo parezcan — le guiño un ojo.

—¡Bacon, Sira! — los llamo y se acercan, poniendo sus hocicos en mis manos.

Son grandes sí, pero para mí son mis pequeños.

Les acaricio y hago cosquillas en las orejas a Bacon.

— Ven — tomo la pequeña manita del niño y la acerco a ellos, no le harán nada. Con la pinta de los deditos toca a Sira que está más cerca de él, tiene miedo, lo noto.

— Tranquilo, no te harán nada — lo animo.

Me levanto y arrodillo frente a él. Le digo a Bacon que venga a mi derecha. Entre ellos, en esta posición seguro no me veo.

— ¿Cómo te llamas? — le pregunto al niño — ¿quieres que te sostenga el algodón?

—Soy Tommy — me tiende el algodón de azúcar y sonríe — gracias.

Comienza a acariciar a Sira con más confianza y con la otra mano hace lo mismo con Bacon. Este último le pasa la lengua por el brazo y Tommy ríe.

—¿Puedo jugar con ellos? Tengo una pelota en mi bolsillo.

—Claro, pequeño Tommy. Y tranquilo, yo te cuido el algodón de azúcar.

Él asiente con una linda sonrisa en su rostron, se baja de la banca y comienza a caminar pero mis chicos no lo siguen.

—Pueden ir — les digo, y comienza a correr en dirección al niño.

Tommy saca la pelota y la lanza, los dos van corriendo en busca de ella. Él ríe a carcajada cuando Bacon salta encima de Sira para quitársela

El pequeño Tommy es un niño de tez blanca, un poco pálida. Cabellos castaños y alborotados. Sus ojitos son de un color miel claro, que transmiten una mirada tierna e inocente. Le faltan los dientes centrales de arriba. Tal ve tenga unos 6 o 7 años.

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⏰ Última actualización: Oct 20, 2023 ⏰

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