ataque conjunto

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Mientras más cerca estaba de la puerta de su apartamento, más lento quería que pasara el tiempo.

Juyeon disfrutaba caminar a casa, disfrutaba también de sentarse en el bus o en el metro y escuchar su playlist esperando su bajada. Tampoco le molestaba esperar largos turnos en las tiendas o los restaurantes, mientras tuviera audífonos, la vida le pasaba en modo espectador.

Odiaba, sin embargo, cuando sea que la vida le pedía abandonar su papel se NPC y comprometerse al guion de protagonista; su casa uno de esos escenarios.

Sobre todo hoy, que llega hora y media más tarde de lo usual y acaba de succionar la vida de uno de los desempleados más ricos de su ciudad. Juyeon evitaba las mentiras a toda costa porque es pésimo para decirlas, pero no ahorita no puede pensar en algún escenario prudente en el que contar a sus padres el motivo de su retraso sea una buena idea.

- Buenas noches, señora Choi.

Saluda a una chaparra mujer adulta que parece más malhumorada cada vez que Juyeon se la encontraba en la recepción de su edificio.

La mujer se limitó a solo asentir con los ojos cerrados.

- Para la otra, tres veces la vuelvo a saludar.

Refunfuña Juyeon, volteando los ojos y cayendo en cuenta de que está a un ascensor y veinte pasos de contarle a su molesta madre una excusa que no había terminado de formular.

A lo lejos, del otro lado de las puertas de cristal que separan su edificio de la calle, se alcanza a ver el bullicio silencioso de las noches en Seúl. Es solo en ella, y sólo en ella que las personas desnudan sus almas y se permiten vivir auténticamente o, al menos, lo era para Juyeon. Todos demasiado ocupados en llegar a dormir o faltar a la moral como para poner atención a lo que hacen los demás.

Todo lo que a la luz del día nunca se podría ni pensar. Si bien, a luz del día él sí se permitía expresar fielmente lo que se maquinaba en su interior, la mayoría de tipos con los que había estado se cerraban a la privacidad y el secretismo de la oscuridad. La noche ofrecía ambas.

De noche, las personas se daban el lujo de sacar a sus bestias de sus jaulas y pasearlas libremente por las calles, o bien, mandarlas a dormir después de estar forcejeando todo el día buscando salida.

Juyeon saca su celular del bolsillo en su jean y teclea "Ya llegué" en el chat de Instagram con Jaehyun. Cambia la canción en sus audífonos, Jaehyun recibió el mensaje pero su última conexión había sido hace 20 minutos.

Antes de meter la llave por el cerrojo, Juyeon trata de acomodar sus ideas de un respiro. Cuando suelta el aire, por fin se compromete a seguir una mentira que involucraba mucho tráfico nocturno y un accidente vial, pero se encuentra con su mamá apagando la luz de la cocina y dirigiéndose hacia su cuarto.

- Buenas noches, ma.

Juyeon saluda, indeciso de si teme más a que su madre no le responda o a lo que le pueda responder. La señora Lee exhala en voz alta y aprieta los ojos antes de hablar.

- La cocina ya está cerrada -Su tono de voz delata su humor tanto como su rostro inexpresivo, definitivamente está enojada - si vas a cenar algo, que no involucre ni a la estufa ni al horno. Mañana la quiero encontrar exactamente como la acabo de dejar, ni un solo cubierto mal puesto. ¿Entendido?

- Si mamá, gracias.

- No tienes permitido salir a ningún lado mañana después de que termines tu horario en la escuela. En cuanto llegues, me barres, aspiras, trapeas y me lavas los dos baños. Sin peros.

No dejó espacio para cualquier tipo de réplica, porque ni las está pidiendo ni tiene planeado tomarlas en cuenta. Su mamá es una señora amorosa y simpática, pero muy estricta con las reglas de su hogar.

- S-si mamá. No volverá a pasar.

Él, cachorro regañado, mantiene la mirada abajo, demasiado avergonzado de la razón de su atraso como para ver a su madre a la cara.

- El sábado después de tus clases, sacas al perro y llegando lo bañas. Tu papá y yo vamos a salir.

Una vez terminó de extender sus instrucciones, terminó su recorrido y cerró la puerta de su habitación tras ella.

La casa de Juyeon no era muy grande, pero tampoco consideraba que fuera pequeña. A pesar de sólo ser un departamento, era un espacio más que suficiente para él, sus papás y su perra; con Nayeon recién independizada y probando suerte por su cuenta, tres habitaciones y dos baños hasta se sentían demasiado grandes para los tres.

El chico entró al baño que era de todos a lavarse la cara y la boca. Pese a no tener una rutina de cuidado de la piel tan exigente, sí procuraba tomarse el tiempo y los productos necesarios para asegurarse de no volver a tener acné brotando de su rostro, así que decide poner su playlist en suffle y dejar que alguna canción al mínimo volumen audible amenizara el baño en lo que el lavaba su rostro.

"I hate the winter, can't stand the cold"

Lorde canta y Juyeon tararea mientras enjuaga su rostro con una cara de satisfacción por la hazaña de conseguir que Lee Jaehyun, estrella en ascenso de la danza, macho estrella del lobby gay de su ciudad se viniera dos veces en su honor. Y menos, en escenarios tan inauditos.

Ni en sus sueños más atrevidos se había imaginado tales contextos, mucho menos lo sofisticadas que estaban las habilidades del castaño para este tipo de actividades. El puro recuerdo hace que el pelinegro sienta calor en su abdomen y los jeans ligeramente apretados.

Sobre el taburete de su lavabo, la música comenzó a interrumpirse por el sonido de las notificaciones y el aparato vibrando con cada mensaje.

Tres mensajes de Jihyo, 10 mensajes en el grupo de texto que tiene con sus amigos que a cada segundo se hacían más y un DM de Instagram que no alcanzaba a leer.

Boyz no era un nombre que al ojilargo terminara de agradarle, pero tampoco podía esperar mucho de un nombre formulado por tres grifos que se conocieron en la preparatoria y desde entonces no dejan de buscar cualquier excusa para reunirse en algún estacionamiento a fumar cannabis.

"Cree que no nos dimos cuenta. LOL" Eric podía ser el menor y el más ingenuo, pero era peor que espía de la CIA cuando se trataba de algún chisme que involucrara a sus amigos. "Hasta Heejin estaba a punto de gritarles que se apuraran para que la gente pudiera mear en paz"

El pelinegro dejó de tararear en cuanto terminó de leer la burbuja de la notificación, entrando cuanto antes al chat para empezar a recoger su cara del suelo.

"@Juyeon, vv" "¿No tienes algo que contarnos?" "¿Ni un chisme?" Changmin es el iniciador del ataque conjunto, rematando con un sticker ridículo de un perro con un ojo maquillado mal photosoppeado encima "Pensé que los reales se contaban todo 😪".

"Siii, hasta parece que te comió la boca el gato" "nada de nada", completó Eric.

"te comió la lengua el ratón" "@Eric" se une Chanhee, solo para corregir al menor "De todos modos, por qué no nos habías contado que te metiste a coger con Hyunjae al baño, mujerzuela?"

De entre todas las respuestas que Juyeon pudo formular, solo hubo una que iba a poner justo el toque que faltaba.

"Hoy también 🥰" "mañana les cuento".

Antes de cambiarse al chat de Jihyo, al sonrojado pelinegro le dio curiosidad revisar el DM de Instagram.

Era Jaehuyn, mandando una foto que no se podía ver en la cuadrícula y un mensaje que decía "Sigo pensando en ti, gatito"

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⏰ Última actualización: Jun 18 ⏰

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shut up | JUJAEDonde viven las historias. Descúbrelo ahora