Sol y Luna

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Eterna oscuridad, silencio y profunda soledad.

Apreciación que podía observar desde su posición, gloriosa rutina que repetía cada día desde el nacimiento de su ser.

Una y otra vez sin cambiar algún paso rítmico. Hasta que un día, el aburrimiento alcanzó su ánimo.

Sol se levantó del piso frío, yacimiento que había estado desde su existencia. Nunca se había levantado de allí, ni siquiera para estirarse. Solo permanecía sentado, sin hacer nada.

Hasta el día de hoy que decidió por fin, levantarse y explorar ese entorno. Un entorno frío y oscuro lleno de planetas y algunas rocas, conocido como universo.

Sol comenzó a caminar por aquel gran espació. Oscuro, pero muy espacioso para estar lleno de planetas. Se podía decir que hasta un infinito no tenía por lo grande que era.

Su curiosidad estuvo impuesta en cada planeta y pequeñas rocas que habitaban allí, explorando las y admirando su belleza y gracia. Un lugar sin final con gran atracción. Y estuvo así por un buen rato recorriendo los planetas y el espacio por sí mismo. Hasta que llegó a Marte.

El planeta rojo.

Sus pies se detuvieron en seco ante la mitad de camino, paralizando por completo su cuerpo.

Los ojos mieles se llenaron de curiosidad. Provocando una consecuencia a qué su cuerpo se moviera y se dirigiera a la parte de atrás del planeta. Sus ojos quedaron hipnotizados.

Mar azulado como la misma marea. Conjuntando con el celeste del cielo, la juntasion era magnífica. Un perfecto azul abordaba en el brillo de la noche iluminando su destino.

Un destino que debía seguir...

Sol, camino hacia ese extraño para él. Mantenía curiosidad, una curiosidad extrañable, inquieta y descubierta a un nuevo misterio.

Cada paso hacia su cuerpo temblar,
la adrenalina recorría por su sistema. Se dejaba guiar por esos ojos azules, tranquilos y pacíficos.

Su corazón latió con fuerza, se acercaba a su descubrimiento. ¿Quién era él? Era lo primero que se preguntaba.

Creaba más curiosidad, más anheló de ese atrayente descubrimiento.

Se para al frente de él.

Los ojos azules se atraen a los mieles atardecer, un click.

Sonrisas.

Atracción.

Y destinos unidos.

—¿Cómo te llamas?— el ser misterioso hablo en pregunta de saber quién era él ,con confianza. Cómo sino tuviera miedo de su presencia, se sentía seguro.

—¿Sol y tú?— contesto el hombre. Todo nerviosismo se desplazó y cambio a confianza. Él también se sentía seguro.

—Mucho gusto sol— contesto el extraño— Mi nombre es Luna.

—Luna...— su corazón latió ante el nombre, era muy hermoso— Luna es un nombre muy hermoso para alguien como usted— sonrió.

Luna quedó sonrojado, pero solo río ante el comentario.

—Al igual que Sol, también es un nombre muy bonito— desvió su mirada, intensificó más su risa.

Una nueva maravilla para sol, nunca había escuchado un sonido como ese en todos sus milenios de vida. Era precioso.

—¿Te gustaría hacerme compañía?— pregunta Luna. Ya le agradaba el hombre.

—Si— entusiasmado comento, y se sentó al lado de luna. Así los dos tuvieron una agradable plática.

Sun and MoonDonde viven las historias. Descúbrelo ahora