capítulo 3

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Nuevamente partimos todos de esa isla hacia el inmenso mar.
De hecho, parecía evidente que todos estaban mucho más preocupados, aunque decían que todo estaba bien.
Durante los días siguientes seguí leyendo el diario que me había regalado la señora.

Durante mucho tiempo intenté averiguar quién era el hombre, pero en algún momento su nombre apareció mencionado en ese diario, me siento triste, nunca podré saber el nombre del primer caso conocido de embarazo masculino.

— Capitán, es hora de almorzar — dice el Pingüino advirtiéndome.

— Oh, está bien — dije levantando me.

Nos dirigimos hacia la cocina para almorzar y a esta altura del embarazo ya me había acostumbrado a ese hambre voraz y dormir ya no era un gran problema.
Habían pasado tres meses desde aquello y tres meses que una nueva vida estaba creciendo dentro de mí, por extraño que parezca.

Todos comían muy emocionados, yo estaba comiendo en silencio, pensé, el tercer plato que me habían regalado, por suerte no pasó mucho tiempo antes de que no pudiera soportar más plato de comida, dejé mi plato en su lugar. y se despidió de ellos, parecían muy emocionados diciendo, al final prefiero aislarme en mi habitación nuevamente, prefiero un lugar tranquilo, aunque la gente aquí es mucho más tranquila que los mugiwaras....

— Los mugiwaras…. – Estaba recordando el tiempo que habíamos pasado durante la alianza y también — ¿Y si no digo nada?  – Quiero decir, no era como si pudiera encontrarlos en cualquier esquina de este lugar.

Continué caminando hacia mi habitación, deteniéndome en el camino porque me sentía muy cansada.  No sabía qué pasaría si usaba Room en un momento como ese.
Cuando llegué solo quería acostarme en esa cama, el sueño y el cansancio se estaban apoderando de mí en ese mismo momento, sin embargo, al mirarme al espejo de allí, noté un cambio extraño en mi cuerpo.

— Está creciendo – digo mientras observo una pequeña elevación en la zona del vientre.

Toqué mi vientre, acariciándolo, quizás lo más increíble estaba pasando en ese momento.
Me estaban sucediendo cambios y más cambios, no sabía cómo reaccionar ante estos cambios rápidos.  Pero algo todavía era extraño, aún era demasiado pronto para que esto sucediera, al menos en un embarazo normal como en los relatos del hijo de aquella señora
Suspiré, era mejor descansar, al final me acosté.

1 mes después.....

Habíamos avistado otra isla, otra nueva, después de abandonar otra hace dos semanas.
La última vez, había estado encerrado dentro del submarino, había evitado salir porque su barriga estaba creciendo, quería evitar las miradas curiosas de la gente.  Sin embargo, me habían pedido que esta vez al menos tomara un poco de sol y aire fresco.

Estaba irritado, pero lo hice.

— ¿Estás seguro de que quieres ocultarlo?  – preguntó Shachi
— No quiero que la gente mire en mi dirección – respondí, intentando vendar la zona del abdomen con varias bandas para ocultar la hinchazón.

—¿Pero eso no duele?  ¿Principal en los primeros meses?  – me preguntó de nuevo.

No se puede negar que, aunque el riesgo de aborto espontáneo es menor, si ocurre puede causar malformaciones en el feto.
Sin embargo, estaba irritado, no quería discutirlo.
Al final logramos salir, o mejor dicho, lograron sacarme de allí.  Estaba cansada e irritada, no quería decir mucho, así que estaba malhumorada como siempre.
Ikkaku me acompañaba, o por el contrario, como prefieras, tenían miedo de volver a dejarme solo.

Caminamos observando la ciudad, estaba muy animada y llena de gente como todos, no me pareció nada extraño.

— Oye, capitán — llamó Ikkaku.

El Momento De La Luna [ Lulaw ]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora