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Tailandia

Tome un sorbo de la helada cerveza sobre la mesa mientras observaba a mi prometido, estaba "dormido" y un sombrero cubría su cara, a lo lejos se podía apreciar una lancha acercándose con rapidez hacia el bar.

Cruze mis piernas mientras ponía los lentes de sol sobre mi cabeza, dentro de la lancha se encontraban un señor coreano y un estadounidense casi pelirrojo.

—Señores Taylor —el coreano llamó nuestra atención en cuanto estuvo delante nuestro.

—Señor es un gusto verlo de nuevo —murmure dándole una leve mirada.

—Quisiéramos hablar con ustedes a solas —ahora el estadounidense desconocido habló.

Jonas quien había abierto los ojos antes la repentina aparición de mi ex jefe y del desconocido los miro un poco confundidos antes de pararse y ayudarme a mi.

Luego de un rato llegamos a nuestro departamento, el señor Zhang se había sentado en uno de los sofás junto al pelirrojo.

—¿En que podemos ayudarlos? —pregunte sentándome al lado de Jonas.

—Lori, mandamos a Lori con un grupo de expedición al fondo del mar y creemos que encontraron una especie que se supone extinta —ladee la cabeza frunciendo el ceño —, quedaron atrapados bajo el mar luego de que esa cosa los golpeara.

—¿Se atrevieron a mandar a mi mejor amiga a una profundidad de casi 100 metros de profundidad? —Los observé incrédula.

—Eso es exacto, señorita —el estadounidense me dio una mirada de pies a cabeza.

—Señora Taylor —Jonas lo corrigió tomándome por la cintura.

Le di una mirada a mi prometido quien me miró dudoso sin saber si aceptar la propuesta o simplemente dejarlos ir sin obtener respuesta.

—Los ayudaremos, pero si algo pone en peligro nuestra integridad los demandaré —el hombre a mi lado les dio una respuesta sólida.

El señor nos sonrió antes de estrechar nuestras manos, suspire sabiendo que luego me arrepentiría de esto.

—Bien, andando —nos sonrió amablemente el señor Zhang antes de poder escuchar algo impactar sobre el techo.

—Nuestro avión llegó —Morris sonrió con superioridad.

—Es un helicóptero no un avión —palmee su hombro mientras pasaba por su lado.

—Si eso —murmuró por lo bajo.

Mire mi habitación, Jonas me abrazo por detrás dejando un pequeño beso en mi hombro descubierto antes de dejar otro sobre mi cuello.

—Lori esta bien —mencionó.

—Lo se — le sonreí antes de voltearme y dejar un beso sobre sus labios.

En cuestión de minutos nos encontrábamos de camino hacia Shangai, el mar azul era todo lo que se podía apreciar, golpeando con fuerza las rocas.

The meg; J.T.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora