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— Entonces nosotros tenemos que proteger la ciudad de esos tipo, que son clones de un hombre con poderes llamado Twice, que trabaja para un tipo llamado el Gran Maestro, y... Dios, mi madre se va a preocupar mucho.

— Eh, en realidad no tiene que saberlo.

— Pero yo le cuento todo a mi mamá...

— ¿Le contaste que un monstruo te atacó en la escuela?

— Bueno... No...

— Es por su propio bien, quien lo sepa correrá peligro.

— Entiendo -la culpa en su rostro dejó pensando a su acompañante.

Ahora se encontraban ambos sentados en una calle solitaria, cercana a la la casa del peliverde. El amarillo tenía puesta su capucha oscura con la que Izuku lo conoció.

— Yo descubrí tu identidad por accidente. De alguna manera tu energía me atrajo ese día, te encontré desmayado en el laboratorio.

— Entonces, si tú sabes mi identidad, ¿puedo saber la tuya?

— No -se rió-. Es una regla Ranger para mantenernos seguros todos, nadie debe saber tu identidad. Si la descubren ya es otra cosa, pero si intentas revelarlo a alguien, no podrás.

— Entiendo... Espera, ¿entonces tú me llevaste a la plaza cerca de mi casa?

— En realidad, no tenía idea de que vivieras por aquí, sólo decidí llevarte a un lugar más público. Te vigilé hasta que despertaste y te fuiste.

— Ah... -el peliverde miró su mano derecha, con la que había dado un golpe poderoso-. ¿Yo... Soy la elección correcta, de verdad?

— Las gemas están hechas de energía, una energía pura y con voluntad propia. Si nos eligieron fue porque somos los únicos que pueden hacer otro trabajo.

— Nosotros dos...

— Por ahora. Hay más gemas por ahí, en algún lugar, esperando a sus elegidos. Mientras los esperamos, ¿pelearás conmigo?

Izuku asintió.

— Lo haré.

El encapuchado chocó amistosamente su hombro con el más bajo.

— Eres fuerte, haremos un gran equipo.

(~~~)

— ¿Iremos a tomar un café hoy?

— Oí que abrieron una nueva cerca, ¡con temática de gatos!

— Lo siento -se apenó Uraraka-. Llegaron nuevos estudiantes, así que junto a Iida-kun tenemos que recibirlos.

— Oh, de acuerdo.

— Vamos, Uraraka-kun.

El peliazul y la castaña se encaminaron hacia la oficina del director, conversando sobre las reglas que se habían incumplido la semana anterior (más Iida que Uraraka, ella solía oírlo más que nada).

Cuando entraron, se encontraron con un sonriente hombre peliblanco, bajito, esperándolos.

— Qué bueno es tenerlos por aquí, muchachos, ¿té?

— Muchas gracias, director, otro día podemos aceptarle el té.

— Traeré galletas -demás está decir que Tenga y Ochako eran muy estimados por el hombre a cargo, cuando iniciaron en el consejo estudiantil, todo mejoró.

Eran buenos líderes.

— De acuerdo, déjenme presentarles ahora a sus nuevos compañeros.

En unas sillas al costado, se encontraban dos jóvenes, al parecer de su misma edad.

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⏰ Última actualización: Oct 27, 2023 ⏰

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