Cuando tenía aproximadamente 12 años, la psicóloga de mi escuela me había sugerido que escribiera un diario. Que intentara escribir todo lo que me ocurría durante el día y que no se me pasara nunca ningún detalle, pues todo era de gran importancia para mi mejoría. Hasta me dio uno ella misma con forma de quien en ese momento era mi personaje favorito; Pucca. Todo para intentar motivarme.
Durante unos días lo intenté, pero las ganas de escribir se me quitaban, así que no seguí escribiendo y lo dejé. No sabía qué escribir, aunque me hubieran pasado mil cosas durante el día, las palabras simplemente no fluían en mí y si lo hacían no era nada relevante. Siempre intentaba evadir lo que me estaba pasando en ese momento, normalmente no era nada que me hiciera genuinamente feliz, tanto así que ni siquiera quería hablarlo conmigo misma.
Un día, después de un tiempo, lo volví a intentar. Me habían regalado otro diario, era muy bonito. Era pequeño, color celeste con decoración floral en la mitad de su portada, mientras que en la otra tenía un poco de glitter en un tono rosado. Incluso tenía un candado que combinaba y traía una pequeña llave con una copia de la misma.
Escribí y escribí. Aunque aún era una niña, para mí era muy íntimo lo que escribía y era feliz haciéndolo. Recuerdo que la mayoría del tiempo escribía sobre el niño que me gustaba, varias páginas eran sobre él.
Cuando por fin le estaba tomando un poco de cariño a escribir en un diario, pasó lo que para mí fue la condena del punto final.
Me di cuenta de que habían irrumpido mi privacidad, habían abierto mi diario y lo habían leído sin mi consentimiento. Y es que la excusa de ambos fue: "Eres una niña, no tienes por qué ocultar nada. Los niños no tienen derecho a exigir privacidad". Después de eso se burlaron del contenido de mi intimidad y no lo soporté.Nunca más lo volví a intentar.
Me hubiese gustado no dejarlo, en mi vida pasaron muchísimas cosas los siguientes años. Ojalá poder leer ahora lo que pasaba por mi mente en esos momentos. Fue como si una fuerte ráfaga de viento hubiese entrado por la ventana de quien estaba escribiendo mi historia y hubiese tirado al piso los papeles que se encontraban en su mesa. Papeles que serían páginas de mi vida.
Han pasado 11 años desde la última vez que lo intenté.
Hoy con 24 años dije que lo intentaría una vez más, y no me refiero únicamente al diario.
Hola, soy Kaori. En este libro intentaré contarte lo que viví después de la condena del punto final. No será un diario actual, sino... lo que pudo ser mi diario.
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Nota:
¡Holis! Esta obra fue una idea fugaz que amé que llegara. Le di un poquito de forma a esa idea y heme aquí.Si les gustó esta pequeña pinceladita de lo que será una lluvia de recuerdos para Kaori, un votito siempre se agradece.
Gracias por leer hasta aquí, los tqm. :D
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Lo que pudo ser el diario de Kaori © [EN PROCESO]
AcakEscribiendo un diario de recuerdos.