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Taehyung llegó corriendo a su casa.

Había estado tres días en el extranjero.

¡Estúpidos negocios!.

Pero ahora pasaría tiempo con su omega, con lindo y delicado, tierno y hermoso omega.

Las horas en el avión se le pasaron tremendamente lentas.

Sumado a que a lado de su asiento había un omega con un olor muy fuerte, que hizo a Taehyung querer huir.

Eran tan apegado a su pareja qué su lobo rechazaba cualquier otro aroma.

Corrió desde el jardín y abrió las puertas de par en par.

Su casa estaba en penumbras, tenia poca iluminación lo que le pareció extraño pero simplemente ignoró.

– ¡Cachorrito! – gritó desde la puerta.

El esperaba un gran recibimiento con un gran abrazo y muchos besitos de por medio.

– Mi amor, Tete quiere mimitos~. – pero nadie lo recibió

De inmediato camino a la cocina sin pasar por la sala de estar, se fijo que no hubiera nadie de sus trabajadores y abrió su refrigerador para buscar alguna comida.

Se quitó la camisa que llevaba quedando desnudo de la parte superior.

La camisa la tiró, tenía ese feo olor.

Hurgando por los estantes encontro chocolate y fresas.

– Bebé, ¡Tete quiere hacer algo especial por mi llegada! – gritó a los cuatro vientos de su casa.

– ¡ Y utilizaremos este chocolate y las fresas! – agregó alegre mientras se disponía a ir a su habitación – ¡Se que te gustara bebé, la última vez que lo hicimos así nos acabamos toda la crema batida! – su voz no podía sonar más fuerte.

Pasando por su sala prendió la iluminación para no toparse con los muebles.

Al prender la luz, había un cartel de "Bienvenido Taehyung ", y detrás estaban sus padres y los de Jungkook junto con amigos y compañeros.

Y un muy avergonzado Jungkook qué parecía un bolita roja de la vergüenza por tantas cosas que grito el mayor anteriormente.

Taehyung solamente se cubrió su torso dejando caer el chocolate.

No era la bienvenida qué esperaba...

Mi Jungkookie |Taekook|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora