Capitulo 1

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Las Tres Leyes Robóticas:

1. Un robot no debe dañar a un ser humano o, por su inacción, dejar que un ser humano sufra daño.

2. Un robot debe obedecer las órdenes que le son dadas por un ser humano, excepto cuando estas órdenes están en oposición a la primera Ley.

3. Un robot debe proteger su propia existencia, hasta donde esta protección no esté en conflicto con la primera o segunda Leyes.

Manual de Robótica

1 edición, año 2058

Presioné los últimos botones para completar la transferencia de datos al siguiente lote de Robots Ax58. A través del cristal se observaba con mucha facilidad como se preparaban éstos androides tan parecidos a los humanos. Su diseño esta hecho de manera que se "camuflen" con los nuestros, así se sabrán desde los delitos más insignificantes hasta los más peligrosos.

Cuatro aberturas triangulares aparecieron en el techo dentro de la enorme habitación. Estos comenzaron a soltar láseres que dibujaban la estructura del rostro y cuerpo. Este lote de quinientos androides eran femeninos, admito que cuestan algo más de trabajo ya que la mentalidad de una mujer es muy sensible y sentimental: los robots no tienen nada de eso. Puede que sea absurdo insertarles estas características, pero hacemos lo posible en que se parezcan a un humano pero sin olvidar su misión principal.

"Señorita Genner, necesitamos de su servicio en la sala RMB58." Sonó a través de los altavoces. Fruncí el ceño ante el anuncio ¿Por qué me necesitan en la sala de androides masculinos?

Tomé los UESEN donde se guardaban la base de datos Robots femenino y unas carpetas de colores que se hallaban en el escritorio debajo del ventanal. Troté por los pasillos, tratando de que mis tacones no sonaran tan fuertes como parecían; la atención de varios trabajadores vinieron a mi dirección, así que reduje mi velocidad. Las miradas de las personas eran inexpresivas, no porque eran de carácter aburridas, sino que al trabajar en este lugar no puedes socializar con nadie. Esta terminantemente prohibido relacionarse o hablar con otras personas si no se refiere a nuestro proyecto. La razón es desconocida para mí.

Cuando llegué a la sala, me detuve para observar a traves del pequeño vidrio que se encontraba en la puerta. La directora Morenos y el supervisor Black hablaban entre ellos mientras veían la construcción de los androides masculinos. Una parte de mi se preguntaba como la señora a unos metros de mi podía ver a los hombres a como vinieron al mundo, pero luego empecé a pensar.

No son hombres.

Son solo maquinas parecidas a ellos.

Quizás eso era lo que la directora Morenos se repetía mentalmente para no parecer vulnerable ante esa vista. Uf y creo que yo debo hacer lo mismo. Golpeé mis nudillos suavemente contra la puerta, el supervisor Black asintió al verme y me hizo una seña con la cabeza para que entrara.

"Buenos días señorita Genner, estamos complacidos por venir lo más rápido posible ante nuestro pedido." Comenzó la directora tomando mi mano, sacudiéndola. Como respuesta, posé mi mano libre sobre la suya.

"Estoy aquí para servirle."

"Perfecto. Por favor, acércate al ventanal y mira con cuidado." Ella colocó su mano en mi espalda y me empujó con delicadeza hasta material transparente. "¿Qué ves?"

Mis labios formaron una linea recta. "Veo unas maquinas hechas para mantener el bien en nuestro planeta."

"No solo eso." La voz del supervisor sonó por primera vez desde mi llegada. "Pueden asegurarnos un futuro donde no haya peligros, desorden y probablemente exista solo la paz."

"Estoy de acuerdo con ustedes, ¿pero por qué me dicen estas cosas?" Pregunté mirando finamente a la directora. Mi propósito era evitar a toda costa ver a los androides sin sus trajes asignados.

"Tu eres una de las programadoras que conoce la base de datos como la palma de su mano. Apostaría todos mis recursos a eso. La memoria de los dos tipos Ax58 no son tan diferentes, poner la información de los robots femeninos también podrían transferirse a los masculinos."

"La diferencia es que los androides supuestos a ser hombres, tendrían elementos que los llevarían a actuar como mujeres, es muy claro la diferencia." Ataqué temiendo a lo que podría descubrir en cuestión de minutos. "Y eso dejaría a la luz irrevocablemente el proyecto que estamos tratando desde hace años."

El supervisor puso una de sus manos en mi hombro. "No planeamos que los androides masculinos actúen como unos afeminados. Intentamos crear algo completamente nuevo, algo de lo que ambos estamos muy seguros."

Mi corazón se aceleró como si hubiera corrido un maratón de diez horas; tenia una hipótesis sobre lo planeado en sus cabezas. Dios, no sabían los riesgos que correríamos, están imaginando cada segundo y no se dan cuenta las posibles catastróficas consecuencias de alterar la tecnología de los androides. No podía permitir que algo así pasara.

"Discúlpenme, pero me veo obligada a recordarles lo delicado que es la tecnología de los robots Ax58, un cierto cambio sin ser planeado con cuidado y sin hacer pruebas podría sobrecargar el programa, incluso paralizarlo hasta que se reinicie, es decir, en unos cuantos años." La señora Moreno soltó una carcajada grave, sin chiste, completamente malvada. Mal camino.

"¿Crees que no hemos pensado en eso? Preparamos unas cuantas salas de prueba fuera del presupuesto de la compañía y gobiernos." Mi mente procesó sus palabras a paso lento; si lo hizo fuera del presupuesto de la compañía, entonces usó su dinero que podría darle de comer por unos cuatro años. Una pequeña carga eléctrica cruzo por mi cuello. Si lo hizo con su dinero, es por que el gobierno no ha dado su autorización. Hasta puede que ni sepan sobre esto. "Allí se podrá realizar sin problemas cualquier prueba. Tienes todo el tiempo que necesites para..."

"¿Yo?" No puede evitar interrumpir. Me sentía muy confundida.

"Si, Amely." Confirmó el supervisor Black, con el rostro más serio que pudo tomar. "Te necesitamos para que juntes los conocimientos y habilidades de los dos tipos Ax58 en un solo androide."

Multimedia: Amely Genner

Leyes de la Era Robótica © (Desafío Sci-Fi)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora