Chaewon estaba con un ojo encima de él, podía notarlo todo el tiempo en sus espaldas.
Aunque la chica ya estuviese un poco más cariñosa con él nuevamente, Hanbin no sabía por qué, la sentía extraña. Golpéenlo si quieren, pero Hanbin tenía ese sexto sentido que las mujeres decían tener y que presentía cuando había algo mal.
Terminó de preparar granizados de frambuesa para un grupo de chicos y empaquetar galletas de avena y chips de cacao para una señora, cuando se vio la cafetería vacía.
Soltó un suspiro, sus dedos estaban algo acalambrados y comenzaba a hacer más frio ya estando a finales de octubre, y a una semana y media de comenzar a salir con Zhang Hao. Este último estaba algo atareado con la universidad, por lo que no lo había visto en los últimos dos días y eso le tenía algo deprimido.
No es como si se fuese a morir, pero Zhang Hao realmente alegraba sus días y le hacía sentir mejor, fuera de la forma que fuera, Hao sonreía hacia él y el día parecía volverse de color rosita y saber a azúcar.
Sí, Hanbin estaba bastante mal, él mismo lo confirmaba.
Revisó por si tenía algún mensaje, y luego de aquello, se agachó por detrás de la barra para comenzar a ordenar el poco desorden que tenía de infusiones, hierbas e ingredientes para hacer tantas cosas que Hanbin se mareaba. Comenzó a tararear alguna canción que escuchó recientemente en la radio intentando distraerse un poco, actualmente se sentía más cansado de lo normal y no entendía el por qué.
Escuchó el tintineo de la campana que indicaba que un cliente nuevo había llegado, y terminando de ordenar un par de frascos, se levantó con una sonrisa dispuesto a recibir al cliente, pero pegó un grito en el cielo al ver el rostro de Matthew con una mueca de querer romperle la pierna a quien primero se le cruce, el cabello despeinado y la cara tan roja como la de un tomate.
—¡Matthew! —Hanbin se llevó una mano al pecho dramáticamente, su mejor amigo no le dijo nada, y Hanbin supo que estaba demasiado molesto como para disculparse o si quiera saludarle—. ¿Qué haces aquí? ¿No deberías estar en clases aún?
—Debería —farfulló molesto, sentándose en una de las sillas vacías que allí habían y dejarse caer derrotado. Ahora Matthew se veía como un pequeño perrito desamparado y por un momento Hanbin pensó que alguien había molestado a su lindo donsaeng.
—¿Qué pasó, Mattchu? —Hanbin cruzó sus brazos y se apoyó en estos mismos frente a Matthew para escucharle. El chico ocultó su rostro entre sus brazos y se refregó con estos mismos.
—Me han suspendido por una semana completa en el instituto, mamá va a matarme —se lamentó, y Hanbin le miró sorprendido.
—¿Qué? ¿Por qué te han expulsado?
Matthew levantó la vista, con un puchero inocente que Hanbin se hubiese creído si no fuera porque conocía a Matthew desde que todavía tomaba mamadera. Algo malo había hecho, así que Hanbin resopló y le miró con reproche, dispuesto a escucharle. Pero antes de que si quiera el canadiense abriera la boca, la campana volvió a sonar. Hanbin levantó la vista del derrotado Matthew, topándose con la sonrisa de Ricky acercándose suavemente hacia él.
Hanbin suspiró con una pequeña sonrisa, hacía tiempo que Ricky no se pasaba por la cafetería y le gustaba pasar tiempo conversando con él. El rubio llegó hacia la barra y le dedicó una mirada extrañada a la pequeña masita oculta que era Matthew ahora mismo, pero luego volvió hacia Hanbin.
—Hola, Hanbin, dame lo de siempre, por favor —pidió con una amable sonrisa, y Hanbin hizo rechinar sus dientes y asentir, para luego volverse hacia Matthew y golpearle la cabeza con la mano.
El chico enseguida se quejó, levantando la cabeza hacia el enano que le había golpeado y a punto de maldecirle.
—Saluda, escoria —le dijo Hanbin antes de cualquier cosa, señalando a Ricky—. Matthew, él es Ricky, un amigo que a veces me acompaña aquí —luego miró a Ricky, que volvía a mirar a su mejor amigo, pero esta vez de forma más extraña—. Ricky, él es Matthew, mi mejor amigo y con quien vivo y soporto todos los días de la semana.
Hanbin recibió lo que parecía ser el sonido de una serpiente de parte del menor, antes de que sus dos amigos se quedasen viendo por un par de segundos curiosamente entre ellos. Y esos segundos se fueron alargando, y alargando, y alargando de tal forma que el silencio se hizo sumamente incómodo para Hanbin. Formó una mueca al ver como los dos especímenes frente suyo se escaneaban hasta los sesos el uno al otro, hasta que Ricky abrió la boca y dejó salir algo que descolocó tanto a Hanbin que casi se cae de hocico nuevamente.
—Que lindo eres, Matthew —Hanbin se atoró con su propia saliva al escuchar aquello, abriendo los ojos como plato y comenzando a toser al ver como su mejor amigo también abría los ojos sorprendido y se sonrojaba.
¡Matthew jamás se sonrojaba!
Su vista se volvió algo borrosa por las lágrimas que se comenzaron a acumular en sus ojos por la falta del aire al toser. Y comenzó a mover las manos pidiéndole ayuda a cualquiera de los dos chicos frente suyo que aún no parecían querer dejar de mirarse. ¿Pero qué pasó? Hanbin fue ignorado olímpicamente y se quedó ahí, muriendo sonoramente detrás de la barra y maldiciendo internamente a esos dos tipejos.
Cuando Hanbin finalmente pudo respirar lo suficientemente bien y quitarse todas las lágrimas que nublaban su vista, Taerae y Chaewon le miraban confundidos desde la puerta de la cocina. Y Ricky con Matthew ahora se sonreían coquetamente.
¿Qué mierda estaba pasando aquí?
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For Me? [Haobin]
RandomHanbin se ve sumamente interesado en el novio de Chaewon. ★ : Historia adaptada, créditos a su respectivo autor/a original "Hwalight" ★ : Zhang Hao top. Hanbin bottom. Inició: 21/10/23. Terminó: 06/01/24.