La infancia es... ¿bonita?

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Dicen que la vida es lo que pasa mientras haces tus planes.

MinHo era consciente de la suerte que tenían muchos al concordar con esa frase.

Básicamente su vida, no era su vida.

Lee MinHo. 17 años. Problemas de expresión.

Sus queridos padres, ellos habían causado esto. Habían querido controlar su vida desde el minuto uno, hicieron de él, la versión ideal de ellos mismos.

Ahora MinHo, no sabía que cosas le gustaban realmente, no sabía lo que quería estudiar y no tenía ningún plan para su futuro.

Excepto el de sus padres, por supuesto.

Así que solo seguirá yendo al instituto, alquilará un piso compartido, vivirá sólo, trabajará a medio tiempo y estudiará a la vez.

Todo sea con tal de no ver a las personas que hicieron que él, dejara de ser él.

7:38 a.m.

Al terminar de preparar todo, decidió salir cuanto antes. Ya que, al ir caminando tardará un poco más. Y quiere disfrutar su caminata.

Después de todo, el clima está hermoso, ¿Verdad?

Inspiró y espiró lentamente.

Se notaba el olor a tierra mojada, era simplemente puro.

MinHo era de esas personas que aprecian hasta los más mínimos detalles de la vida, y los disfrutan como si valieran oro.

Porque es así, son esos momentos, los que te recuerdan que estás vivo.

En el camino se encontró con uno de sus amigos, se saludaron con un abrazo amistoso y caminaron juntos hacia el edificio, que empezaba a entrar en el campo de visión.

Kim Seungmin. 16 años.

Seungmin era un joven apuesto y tenía muchos pretendientes, sin embargo, no dejes que su seria y misteriosa actitud te engañe. En el fondo era una persona dulce y frágil, queriendo ser cuidada y protegida. Pero, mientras esa persona no llegara, tendría que hacerlo él mismo.

No muchas personas conocían la verdad sobre Seungmin, ya que era bastante reservado. Solamente su más confiable círculo de amigos, sabían que esté sufría trastorno límite de personalidad.

Básicamente Seungmin actuaba muchas veces impulsivamente, haciendo cosas de las que después se arrepentiría y tenía problemas para manejar por él mismo sus emociones.

Sin embargo, tenía la suerte de tener unos buenos amigos que le cuidarían y tendrían siempre este problema en cuenta.

7:49 a.m.

Cuando llegaron al instituto, buscaron a el resto de sus amigos y al no encontrarlos, decidieron entrar por su cuenta.

Caminaron un rato por los pasillos, manteniendo una estable conversación. Al sonar la campana, se despidieron. Entrando al gran salón de actos en el que se celebraría el primer día de clases con una larga charla, y se dispusieron a buscar a sus otros colegas que llevaban un tiempo sin ver.

Para la buena suerte de MinHo, por ahí se encontraba uno de sus amigos. Al llegar al aula lo saludó y se sentó a su lado.

Hwang Hyunjin. 17 años.

- Hola, Min. -Dijo su amigo y le dio un pequeño abrazo.

- Hyunjin, ¿Cómo has pasado estas vacaciones?¿Has estado bien?

MinHo siempre era muy cuidadoso con Hyunjin.

- Bien, supongo. Cómo siempre, ya sabes... -Dijo y relamió sus labios con tristeza. - ¿Tú cómo has estado?

MinHo intentó no mirarle con lástima, mordiendo su labio en el proceso.

Él sabía a lo que Hyunjin se refería, y realmente no era algo en lo que podía ayudar, eso le creaba tanta impotencia...

Pero, no nos adelantemos. Ya lo averiguarán.

- Estoy bien ahora, decidí empezar a alquilar un piso compartido, empezaré a trabajar en una cafetería justo en la otra calle.

- Oh, eso está bien ¿Cuándo empiezas? Seré tu primer cliente. - Dijo con media sonrisa.

- Empezaré el viernes, de 17:00 a 19:00 pm.

- Ahí me verás. - Dijo Hyunjin.

Llegó el director seguido de varios docentes haciendo que todos callen - además de las personas que seguían llegando - y que la aburrida clase con una charla preparada de antemano sobre el primer día, comience.

¿Qué quieres? | MinsungDonde viven las historias. Descúbrelo ahora