𓃠chapter 27 𓃠

751 55 3
                                    

Para Rosy no fue nada sencillo salirse de su turno en el hospital, aunque le hubiera encantado hacer la escena de película y escaparse por más que la amenazaran con despedirla, su familia necesitaba ese trabajo eterno, así que tuvo que calmar a su hijo como por quince minutos, hasta que los gritos de Pedri llegaron a su compañera de turno y la mujer aceptó hacer todo el trabajo, le dijo que parecía que su hijo estaba dando a luz, si tan solo supiera

Rosy subió a su auto y casi voló rumbo a su casa, esperando que sus hijas se pudieran quedar en la casa de una de las vecinas, era un lugar pequeño, entre todos se conocían al menos por el nombre y no era la primera vez que sus pequeñas eran cuidadas por esa amiga, además, Rosy no quería tener cuatro pares de ojos viendo todo lo que iba a suceder en el cuarto de Pedri,. Cuando la mujer llegó a su casa, abrió y corrió directo a la habitación de su hijo, encontrándolo ya preparado para la operación. La cama de Pedri la habían movido un poco, de tal modo que las tres mujeres tuvieran fácil movilidad por toda la habitación, también ya tenían preparada la tina donde lavarían el pequeño cuerpo del bebé, claro, usando una de las de sus mellizos. Ella dejó de analizar todo cuando se encontró con la mirada de Gavi y de Pedri, ambos estaban hechos un par de nervios, lo podía notar por la agitada respiración del más pequeño  y por como su hijo tenía los hombros algo encogidos

—Hola, Rosy—Oyó la voz de su gran amiga desde hace muchos años y le mostró una sonrisa agradecida.— Lamentamos haberte sacado de tu turno, sabes que esto no es fácil y hay que ser muy rápidos—

—-Lo sé, gracias a ti por venir después de todo lo que ha ocurrido. —Aurora se presentó ante la madre de Pedro y después de eso, las tres rodearon el pequeño cuerpo de Gavi— ¿La anestesia?—Habló ella, desparasitándose las manos, colocándose los guantes de igual forma y las batas descartables que trajo Rosy entre las cosas, al igual que unos cubre boca, pidiéndole a Pedri que hablara lo más bajo y lo menos posible, ya de por si se estaban arriesgando con la contaminación de la habitación.

Pedri odiaba no poder tener a su pequeño en un hospital normal, bueno, quizás la palabra normal esté sobrevalorada, él jamás se imaginó a sí mismo en una situación como esta, él jamás pensó estar a punto de tener un hijo con un niño mitad gato que lo enamoró desde el primer maullido, parado en la puerta de su casa, meneando las orejas por el frío, pidiéndole un vaso de leche, Pedro jamás se pensó a si mismo teniendo todo esto, y sin embargo, ahí estaba, tomando la mano del amor de su vida mientras la anestesia hacía efecto en el cuerpo de Gavi, Entre él y Aurora habían hecho ya esa pequeña carpa a base de trapos, e incluso la hicieron un poco más grande de lo que Rosy les pidió, para así evitar que Gavi tuviera vista de lo que estaba pasando en la parte inferior de su cuerpo, no querían asustarlo, puesto que él se mantendría despierto.

—¿Nervioso?—-Pedri se arrodilló, dándole un dulce y rápido beso en los labios a su minino, escuchándolo suspirar, Gavi tenía lagrimones en los ojos a causa del susto de la inyección, pero se mantenía fuerte, mirando a Pedri con esos asustados ojos, queriendo lanzarse a sus brazos y pedirle que no sigan, que tenía mucho miedo, Gavi quería llorar por no ser fuerte, pero Pedri se encargaba de recordarle que ya lo era—Eres el niño más especial del mundo, Gavi, tú vas a poder y luego tendremos a nuestro pequeño en los brazos ¿De acuerdo?—Gavi asintió, estirando sus labios para pedir otro beso, que fue concedido por pedri

Gavi suspiró, él quería menear su cola pero no podía, de hecho no sentía que pudiera mover absolutamente nada de la parte inferior de su cuerpo, y aun así intentó estar tranquilo, él podía, claro que podía, lo haría por el pequeño Pepi y por su Pedri

Pedri se incorporó firme para observar lo que le hacían a su pequeño, tomando su mano, entrelazando sus dedos con Gavi, sintiendo su estómago querer vomitar la comida de hace quince años de su vida cuando, sin hacer mucho preparativo, después de calcular el espacio, Belén cortó sobre la piel de su pequeño, un corte considerable, y al instante Pedri no supo que se iba a terminar desmayando. Oh sí, lo haría.

Neko Corporation-Gadri (Adaptación)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora