𝑬𝒔𝒄𝒖𝒆𝒍𝒂

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Nayla:

Esa noche Han no había permitido irme caminando a mi casa después de las carreras, en las cuales por cierto Sean y yo ganamos más de una vez.
Decidió llevarme en el Mazda hasta mi hogar y aunque como siempre, me molestaba ser copiloto, amaba verlo conducir y sonreír.

—¿Por qué corriste? —Han rompió el silencio con una pregunta simple.

—No me agradan los charlatanes —Me encogí de hombros y dirigí mi vista al paisaje. Sabía a lo que Han se referia, pero no era un buen momento para hablar de D.K.

Supongo que el entendió que era mejor para mi esquivar la pregunta y simplemente dejo el tema.

—No entiendo porque vamos hasta mi casa, podria dormir en el taller —Hice un puchero al que Han solo contesto con unas pequeñas risas.

—Te vas a terminar quedando contracturada si sigues durmiendo en el sillon como un gato acurrucado —Hubo un silencio mientras Han estacionba el auto frente mi casa. —Además necesitas dormir bien, esas ojeras no se van a ir si duermes en un sillón viejo —Agregó antes de bajar del auto.

—Creeme duermo mejor allí —Estaba totalmente segura de que lo hacía, en el taller las pesadillas disminuían por alguna razón extraña y me sentía más cómoda, no me sentía sola como en mi casa.

Han me acompaño hasta la puerta y se despidió con un abrazo. Los abrazos de Han eran reconfortantes, abrazos cálidos y fuertes incluso cuando eran cortos, los amaba.

El asiático se estaba alejando poco a poco. No sabía lo que hacía, pero esos días en el taller dormía tranquila porque allí estaba Han, de alguna forma me reconfortaba su presencia.

—Oye —Llame nerviosa mientras veía como se daba la vuelta en cuestión de segundos.

—¿Podrias quedarte?, esta casa se siente muy solitaria

—Si eso quieres, esta bien —Han sonrío y se acercó a mí abriéndome la puerta de mi casa y dejándome pasar primero.

Han y yo cocinamos unas pizzas, que en realidad hice yo mientras Han me pasaba los ingredientes y ponía la mesa.
Charlamos un poco hasta que el sueño me venció y ambos decidimos dormir, él en el sillón y yo en mi cama, de repente habíamos cambiado de lugar.

...

Han Lue:

Un grito casi desgarrador me despertó. Tarde unos segundos hasta que reaccione, nisiquiera recordaba que estaba en casa de Nayla al levantarme rápido de aquel sillón.
Fui corriendo a su cuarto y ahí estaba ella gritando y llorando, pero se veia ¿dormida?, me quedé inmóvil viendola gritar como si la estuvieran matando. No muchas veces había visto a Nayla llorar, pero me había desmoronado verla llorar tan fuerte.
Me arrodille con una pierna sobre la cama junto a ella y comencé a moverla y a repetir su nombre en un intento de despertarla, pero no servía de nada.
La tome en un abrazo y comencé a acariciar su cabello mientras ella sollozaba y no dejaba de moverse.

—Todo esta bien Nig, porfavor despierta, todo estara bien.
Repetí como unas 3 veces hasta que dejó de moverse y el llanto se volvió más fuerte.
Pensé que seguía dormida pero unos brazos pequeños me rodearon, claramente los de ella.

Ninguno dijo una palabra, Nayla seguía llorando y yo solo la abrazaba más fuerte, no era momento de preguntar que pasaba, podría hacerlo en la mañana cuando ella estuviera mejor.

Me recoste con ella sobre mi pecho acariciando mechones de su cabello con mis dedos hasta que sentí que cada uno de sus huesos que estaban sobre mi se destensaron y sus manos soltaban las pequeñas partes de ropa que apretaban en mi espalda al abrazarme. Se había vuelto a dormir
Estaba dormida en silencio, como si nada hubiera pasado.

Jamás había visto a Nayla pasar por eso, pero si esto era lo que le sucedida cada vez que estaba sola, tiraría un colchón junto su cama y dormiría allí toda la vida.
Me rompió el corazón haber visto esa escena, ¿que habrá tenido que soñar para sufrir eso?, más bien ¿que habrá tenido que sufrir para soñarlo y estar así por recordarlo en un sueño?

...

Algo comenzó a vibrar y a hacer ruido en la cómoda logrando que yo y al parecer Nayla nos despertaremos.
Nayla tomó el objeto que hacia ruido, su celular, y en pocos segundos, luego de haberme observado debajo de ella, salió corriendo de la cama.

—Nay... —No hubo respuesta. —Nayla —nuevamente sin respuesta. —¡Nayla! —Esta vez había llamado su atención logrando un "¿Que?" De ella.

—¿Por qué corres por todos lados como una loca? —Dije mientras me levantaba de la cama y sacudía mi ropa arrugada.

—Llego tarde al colegio —4 palabras que me confundieron, ella jamás iba al colegio.

—Colegio... Tú.... No, lo siento, no tiene sentido —Me aguante la risa apretando mis labios y fui hasta la cocina donde encontré una despeinada Nayla con el uniforme escolar a medias y preparando un café.

—Ve a vestirte bien, te preparare el café, tranquila —Nayla solo me sonrío y salio de la cocina dejándome solo con la cafetera.

Pasaron los minutos y ella volvió a la cocina en busca de su café ya con el uniforme completo y el cabello desenredado.

Le pase su café y ambos nos sentamos a desayunar.

—Sigo sin entender porque de repente asistes al colegio —Dije antes de dar un sorbo al café.

—Si no asisto por lo menos unos 4 meses, van a expulsarme —La mire confundido, jamás le intereso si la expulsaban o no.
—Y aunque odie ir, me gusta aprender un poco mas supongo —Se encogió de hombros y solo sonrío.

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⏰ Última actualización: Dec 19, 2023 ⏰

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