❝𝐅𝐑𝐄𝐀𝐊 𝐒𝐇𝐎𝐖❞ |¦ El mayor error de Missa fue dejarse llevar por las maravilla de las que alardeaban los demás en ese circo del sueño. Creía que sería algo imposible llegar ha entrar en él, pero nunca esperó que terminaría perteneciendo a un...
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Missa jugaba con las pequeñas piedras que se formaban en la tierra de su jaula, acariciando la suavidad de estas, sintiendo un poco de tranquilidad al encontrar algo en lo que distraerse mientras su cara era lavada correctamente con un pequeño trapo con agua por... Spreen, quien por el momento solo se mantenía en un completo silencio inquietante. Su cara estaba a la vista completa, por lo que la pintura en su cara había sido removida por completo, dejando ver las manchas quemadas del ácido que fue vertido alguna vez en su piel.
El circo ahora se encontraba cerrando, todo había salido perfectamente bien como siempre. Las siameses fueron aclamadas como siempre, los acróbatas arriesgaron sus vidas y por suerte ninguna cabeza fue atravesada con un cuchillo a la hora de que fueran tirados a los payasos del show. Spreen estaba agradecido de no haber explotado una vez más después de los mínimos desastres que ocurrieron que solo él notó y nadie más.
El azabache menor miró a los ojos perdidos del caníbal, notando como estaban hundidos en sangre por lo anterior pasado, aunque era algo ya no tan notable y que probablemente se quitaría con agua muy pronto. Un suspiro frustrado se escapó de los labios del chico, tratando de borrar de su mente la desastrosa escena del tipo enfrente suyo, sintiendo ya como un tic comenzaba a producirse en su ojo derecho. Debía admitirlo, humillar y maltratar era una diversión oportuna para él, le daba risa como nunca se quejaba y solo se quedaba en el suelo esperando una orden como la mascota que era, esperando un poco de comida para seguir funcionando. Pero... Nada era más divertido que jugar con su mente, hacerlo creer que recibirá una recompensa por sus grandes esfuerzos.
── Missa. ── Pronunció su nombre con un toque serio mientras paseaba el trapo por el cuello del morocho, produciéndole un escalofrío por lo frío que se sentía el contacto del trapo contra su piel. ── Me re cuesta decir esto... pero... Ugh, lo siento por haberte gritado de esa forma. Sabes que nunca pienso en herirte, solo es porque el estúpido circo me obliga. ── Spreen desvió su mirada con algo de molestia, disgustado de tener que hablarle de esa forma a una bestia como la que era Missa, aunque de seguro el contrario ni siquiera entendería lo que significaba el "perdón".
Missa dejó de mirar a las piedras y elevó sus ojos hacia la cara del de lentes oscuros, dejando su cabeza hacia abajo. El de marcas se quedó procesando un poco las palabras debido a su lenta comprensión en varias cosas, siendo otra de las razones por las cuales era tratado como un animal. Unos gruñidos suaves salían desde la garganta de Missa... Y es que no entenderá muchos temas, pero algo que entendía era la palabra de perdonar, y algo que siempre hará será perdonar al hombre enfrente suyo; jamás entenderá que sus maltratos realmente eran por gusto propio y no por alguna obligación, pensando simplemente que lo amaba justamente como él.