In Another Life [SATOSUGU]

Capítulo 4

¡Nuevo mensaje de texto!

De: Gojo Satoru (Enviado el 29 de julio a las 23:56)

[¡Ey! ¡Espero que este no sea un mal momento!]

Suguru levantó la cabeza de la almohada y extendió una mano para agarrar su teléfono. La luz brillante le hizo entrecerrar los ojos mientras leía el mensaje. En silencio, reflexionó si quería responder o no. Parpadeó débilmente y deslizó los dedos por los costados de su teléfono, señal de cansancio que no podía desobedecer. Suguru vio cómo la pantalla se volvía negra, y fue entonces cuando volvió a colocar el teléfono en su mesa de noche, eligiendo ignorar el mensaje.

No pudo dormir durante aproximadamente una hora después del mensaje de texto, pero finalmente se quedó dormido.

Suguru no recibió otro mensaje en la hora restante que se mantuvo despierto.

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Al día siguiente, Suguru decidió quedarse en casa. Se sentó en su habitación la mayor parte del día y pasó al menos seis horas despierto hasta que volvió a tomar el teléfono en sus manos.

Miró el mensaje que Satoru le había enviado la noche anterior. Su pulgar flotaba sin rumbo sobre el teclado, pensando qué escribir.

De: Geto Suguru (Enviado a las 4:43 p.m.)

[Hola.]

Gojo Satoru:

[¡Hey!]

[¡Debo haberte enviado un mensaje de texto mientras dormías!]

Suguru estaba estupefacto. Nunca había recibido una respuesta más rápida en su vida.

Geto Suguru:

[Sí, ese debe haber sido el caso.]

[Respondes muy rápido, Gojo.]

Gojo Satoru:

[¡Lo sé! ¡Siempre lo hago!]

Suguru podía sentir el entusiasmo de Satoru a través de sus mensajes de texto. Le habló a Suguru como si no hubiera tenido un amigo al que enviarle mensajes de texto en años.

Gojo Satoru:

[¿Cómo estás hoy?]

Geto Suguru:

[Estoy bien, gracias... Me estoy poniendo al día con algunas cosas del básquetbol...]

Gojo Satoru:

[¡¿Básquetbol?! ¿A ti también te gusta el básquetbol? TENEMOS QUE JUGAR JUNTOS.]

Haciendo una pequeña mueca, Suguru entrecerró los ojos ante la pantalla de su teléfono. Satoru era un enviador de mensajes de texto muy enérgico. Era un poco difícil seguirle el ritmo, y Suguru sentía que esto sería algo a largo plazo.

Geto Suguru:

[Eh, claro. Quiero decir, ¿te dejarán salir del hospital?]

Gojo Satoru:

[Supongo. ¡Todavía puedo caminar y llegar a donde tengo que ir! ¡Prácticamente lo único que me pasa es que no puedo dormir!]

Suguru frunció el ceño. Podía sentir la ignorancia que emanaba de los mensajes de texto de Satoru. ¿Realmente pensaba que lo ingresaron en un hospital solo porque tenía problemas para dormir? Sabía muy bien el nombre de la enfermedad que padecía. Entonces, ¿por qué estaba tan alegre con toda su situación? ¿Por qué no comprendía cuán grave era su condición?

A menos que… Satoru estuviera haciéndose el tonto a propósito. Debe estarlo haciendo.

¿Verdad?

El agarre de Suguru se apretó alrededor de su teléfono. Tenía que estar haciéndolo.

Geto Suguru:

[Entonces supongo que te veré en el hospital dentro de una o dos semanas. Conozco un gimnasio al que podemos ir.]

Gojo Satoru:

[¡¿UNA SEMANA O DOS?!]

Geto Suguru:

[¿Es una espera demasiado larga? Probablemente pueda reprogramar...]

Gojo Satoru:

[¡No, está bien! Supongo que puedo esperar ese tiempo. Tengo tiempo.]

Tengo tiempo. Las palabras resonaron en la cabeza de Suguru, como si hubieran sido dichas en voz alta. Miró la pantalla y frunció ligeramente el ceño. ¿Sabía Satoru sobre la esperanza de vida de las víctimas con su condición? ¿Se estaba haciendo el tonto después de todo? ¿Qué clase de persona hacía eso?

La indiferencia se transformó en curiosidad, y dicha curiosidad fue lo que acercó a Suguru a su nuevo amigo.

Geto Suguru:

[Excelente. Te veré luego.]