Addison era una conocida policía en su país debido a lo joven que era para haber tenido tantos logros además de no dudar ni un momento en arrestar a un criminal cuando lo tiene delante, mientras tanto Christa era una simple medico que vivía su vida...
Se quedaron viendo ambas durante unos segundos hasta que se escuchó un golpe muy fuerte que provenía de la puerta de la tienda seguido de un grito de un hombre el cual le exigía dinero a la mujer que estaba detrás del mostrador, cuando la azabache vio a la pelirroja parecía que tenía intención de gritar así que coloco su mano en la boca de la anterior mencionada y la llevó hacía una esquina para esconderse por si acaso, pues aquel hombre traía consigo un arma y parecía que no las había visto aún, por otro lado ambas mujeres seguían escondidas detrás de una estantería, la mano de Addison se encontraba en la boca de la pelirroja para que no grite mientras que ella echaba un ojo para saber en qué momento exacto debía salir para arrestar al hombre, no se iba a quedar de brazos cruzados viendo como alguien roba en sus narices.
Cuando vio que el hombre bajó la guardia rápidamente soltó a la muchacha y caminó en silencio hacia el hombre hasta quedar detrás de él, estaba levantando la tela de su chaqueta lentamente para poder sacar su arma sin hacer ruido pero justo en ese momento sonó su celular alertando al sujeto que tenía en frente, este se dio la vuelta rápidamente y apretó el gatillo del arma apuntando a la azabache.
El hombre estaba por darse la vuelta para tomar el dinero e irse hasta que sintió un golpe en el cuello haciendo que empiece a ver todo borroso y que caiga al suelo, detrás estaba Addison con su arma en la mano mientras que con la otra trataba de frenar la hemorragia de su hombro, pues cuando le disparó para su suerte o desgracia solo le dio en el hombro y ahora su chaqueta marrón estaba llena de sangre, la mujer que estaba tras el mostrador estaba congelada viendo al hombre en el suelo desmayado debido a lo que acababa de pasar.
- parece que al final no tengo tanta suerte -
Dijo Addison mientras se sentaba en el suelo y tomaba su celular para poder llamar a una ambulancia, pero antes de que pudiera marcar a cualquier número sintió como la mano de alguien le ayudaba a hacer presión en la herida de su hombro haciendo que deje escapar un leve quejido de dolor, cuando se giró para ver de quien se trataba pudo ver a la chica pelirroja de antes.
- en realidad tienes mucha suerte de que el te diera en el hombro y no en la cabeza, déjame ayudarte, soy medico -
Addison dejó escapar un bufido y aceptó, normalmente no era alguien que aceptaba ayuda de los demás pero ahora enserio lo necesitaba, la muchacha le vendaba el hombro con una venda y una gasa para que no salga tanta sangre haciendo un poco de presión a momentos, la azabache simplemente miró a otro lado y llamó a su compañero Michael para que detengan al sujeto además de que venga con una ambulancia para ella, Michael parecía bastante preocupado por lo que no tardaron ni 10 min en llegar los policías y la ambulancia.
En cuanto llegaron los policías se llevaron al hombre que estaba en el suelo mientras que la pelirroja se llevaba a la azabache hacía la ambulancia para llevarla al hospital y en todo momento ninguna se separó del lado de la otra, en realidad se sentían bastante tranquilas si estaban juntas.
Después de unas cuantas horas en el hospital Addison se despertó en una camilla con un fuerte dolor en el hombro, cuando miro que sucedía vio que estaba con el hombro vendado y acomodado para que no lo mueva demasiado, la ojiazul miró la habitación detenidamente, las paredes eran blancas y los muebles daban un poco de tristeza, en un momento pudo notar como había alguien que estaba descansando en el sofá al lado de su cama, se trataba de la misma chica que la había ayudado con la herida, estuvo viéndola durante un rato ya que se le hacía conocida pero no sabía de que, en un momento la joven se despertó haciendo contacto visual con la azabache, esta última mencionada simplemente sonrió y le saludo con su mano libre.
- hey, te ves muy agotada, deberías seguir descansando, sabes? -
- estoy bien, estoy acostumbrada a casi no dormir -
Addison puso los ojos en blanco, en ese momento pensó que ella aún no tenía ni idea de como se llama la joven que le había ayudado tanto ese día por lo que decidió preguntarle, así también podría saber de qué le sonaba tanto su rostro.
- por cierto, nunca me dijiste tu nombre -
- tu tampoco me dijiste el tuyo -
- cierto, yo soy Addison, Addison Hoffman y tú? -
- Christa, Christa Lewis, mucho gusto -
La azabache al escuchar su nombre sonrió ampliamente, saber su nombre no había resuelto su duda pero ahora por lo menos podría tener una amiga más con quien compartir buenos momentos. Antes de que pudiera decir algo más entraron por la puerta dos personas, Michael y una mujer de cabello castaño y ojos verdes, era Adalia, otra de las mejores amigas de Addison, tanto Michael como ella se veían muy preocupados y se acercaron a la camilla donde estaba la ojiazul haciendo mil preguntas a la vez sobre en qué pensaba al lanzarse así como si nada a un ladrón, ambos le dieron una charla de lo que no debía hacer mientras que Christa reía levemente y Addison trataba de calmarlos.
Adalia
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Christa
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