Capitulo 11

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Una gran barricada rodeaba lo que una vez fue el hospital central de la ciudad.

Ahora servía como refugio y aún como hospital pero tomado por las fuerzas de Gusu Lan.

Loa doctores se llevaron a Zhan y Cheng para ser atendidos, ambos soldados debieron quedarse atrás.

Yibo se recargo en la blanca pared, frente suyo un reloj parecía nunca avanzar.

-Tranquilo, ya estan a salvó.-Haikuan palmeo su hombro.

...

Zhan oía un pitido lejano, era bastante molesto pero no quería moverse. No quería llamar la atención de los Wen.

Algo apresaba su mano, se asustó por un momento por lo que se esforzó en abrir los ojos.

La iluminación blanca le hiso parpadear repetidas veces para adaptarse.

Pronto noto las limpias paredes, por lo qué efectivamente estaba en un hospital.

Confundido y desorientado volteó la cabeza a un lado  encontrándose con lo que apresaba su mano firmemente.

Cabello corto pero sin perder su naturaleza revuelta, traje azul con diseño de nubes.

Un ceño fruncido en su rostro que descansaba sobre sus manos unidas sin poder al parecer conciliar una calma para descansar.

Pero tan hermoso cómo siempre lo fue.

Las lágrimas brotaron de sus ojos, enseguida el castaño lo escuchó llorar y se despabilo encontrándose frente a frente luego de todos estos años.

-¡Zhan despertaste!.-Exclamó.

-Dijiste que sólo serían dos años...-Le reclamó.

-Lo sé, lo sé mi vida lo siento tanto.-Se incorporó para darle el abrazó que tanto merecían.

-Sí estás aquí significa que Rulan...

-Si, si él esta a salvó.-Le respondió.-Nuestro bebé es tan hermoso, un bebé de nosotros mi amor gracias.

Con aquella respuesta Zhan terminó de romperse dejando salir todo.

Desde la partida de Yibo, el tener que criar a su bebé en sin el, la incertidumbre luego de dos años, él ataque en casa, tomar aquella apresurada decisión de despedirse de su hijo afrontando un futuro incierto, los días de maltratos bajó ese sótano, sentir qué no lo lograría, que ya no podía más, que no volvería a ver a su bebé ni a reencontrarse con Yibo.

Contagiado, el castaño también lloró dejando salir todo aquello que había aprendido a canalizar y reprimir.

El haberse separado de su novio por cumplir con él deber, las inseguridades, él no tenerlo a su lado lo cuál era asfixiante ya que estaba acostumbrado a cada momento del día junto a él, las responsabilidades dentro del entrenamiento, cuándo debió enviarle aquella carta avisándole que no podría regresar ya qué al escalar de rango fue seleccionado por las tropas de Yiye y quedó estrechamente relacionado a los conflictos que estaban sucediendo ahí afuera cómo soldado de primera linea recordando qué Zhan le había rogado no formar parte de esto, cuándo todo se fue al carajo entre las naciones y aún asi tuvo que esperar para regresar, el encuentro con su hijo y el saber que había llegado tarde a casa.

Una vez soltado todo ambos se sentían más tranquilos, más liberados.

-¿Que pasó? Te envié muchas cartas, pero no respondiste ninguna.-Le preguntó Zhan.

-Yo también te envié cartas, te envié una diciéndote el porqué no podría regresar al final del segundo año.-Le respondió.

-No recibí ninguna.-Zhan sorbio su nariz.-Nada amor, ni una noticia de tí.

• ʙᴀᴄᴋ ᴛᴏ ʏᴏᴜ • ʏɪᴢʜᴀɴ •Donde viven las historias. Descúbrelo ahora