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NARUTO.
Prácticamente tuve que arrastrar a Meliodas para que me acompañará al pueblo, pues pese a que acepto a venir conmigo, pude notar que no le agradaba la idea en absoluto.
De todas maneras, ya estamos en el pueblo y ni modo que se devuelva.
Al llegar al pueblo, nos dirigimos al local donde yo estoy trabajando actualmente, Meliodas se notaba reacio a entrar así que lo tome por el brazo haciendo que entrará conmigo llamando la atención de algunos clientes que estaban en el lugar, sin embargo, los ignore y me dirigí específicamente a donde se encontraba Lisa.
—Que me dice la chica más linda? —Salude formando una sonrisa en mi rostro.
—Hola Naru. —Me devolvió la sonrisa y llevo su mirada a un Meliodas que estaba con el ceño fruncido y cruzado de brazos.. Da miedo, en serio y su aura no es que ayude mucho que digamos— ¿Y tú amigo?
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—Lisa Owen/16 años— . . .
—No soy su-..
—Es Meliodas, un buen amigo que quiso acompañarme hoy. —Respondí antes mientras lo abrazaba por los hombros, ante mi acción pude escuchar a el Demoncito soltar un gruñido y por mi seguridad, segundos después me aleje, aunque me resultó un poco divertido— Es un poco gruñón, no dejes que te moleste.
—jajaj claro.
Desde que empecé a trabajar con Lisa y su padre, ellos me han tratado muy bien a pesar de no conocerme completamente, realmente lo agradezco ya que gracias a ellos muchas veces he podido comer muchas delicias... Realmente son unas grandes personas, pocas de las que existen en el mundo.
En cuanto a mi relación con Lisa es la de muy buenos amigos, ella es una chica muy animada y agradable por lo que es imposible no encariñarte, aunque quizás me apegué a ella bastante rápido ya que me recuerda un poco a Hinata... Hinata fue una muy buena amiga, luego de confesarme sus sentimientos en la batalla con Pain y hablar sobre ello, quedamos en solo amigos y me sorprende lo maravillosa persona que fue... Aunque me decepciona tanto no haber podido corresponderle, espero que sea feliz ahora al lado de Kiba.. Estoy seguro que esos dos terminaron en algo, sus miradas se volvían tan obvias..
