¿Liia?

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Regla #3 No busques la verdad si no estás preparado.

Melissa Walters

El ruido de la alarma me despierta aturdida.
Estiro la mano para alcanzar el celular que está en la mesa de noche, lo tomo entre dormida y despierta.

—!Mierda!-digo al ver la hora en el celular

Ya son las 8 de la mañana. Debería de estar en la misa y sigo en la cama, me levanto rápidamente pero al pisar el suelo mi mirada se pierde, me siento tan mareada que pierdo la tempestad de estar de pie y caigo al suelo.

El suelo está tan frío como de costumbre, pero sin darme cuenta al caer había puesto mi mano por instinto en mi cabeza, al sacarla y intentar levantarme noto que está bañada de sangre.

—!Mierda!-suelto al verla

Hoy sería el día de la mierda

Cuando logro calmarme respirando como lo había visto en televisión comienzo a revisarme la cabeza, no puedo creer que solo por caerme de la cama sangrara tanto, remuevo un poco de mi cabello con mis dedos y llego a una parte donde se sentía espeso y pegajoso.

Al tocar esa parte se me vino un flashback a la mente. Estaba en medio del bosque, la nieve estaba cubriendo mi rostro y mi mano estaba completamente llena de sangre.

-¿Que?-Digo al volver a la realidad

No podía recordar nada más sobre qué había sucedido así que mi mente se encargó de hacerme creer que fue uno de esos sueños que al despertar piensas que son reales.

Pero igualmente seguía pensando si de verdad el golpe que me di cayendo al suelo fue el causante de mi sangrado.

Ya iba suficientemente tarde a la misa para pensar tonterías tan temprano, voy directo al baño para tomar una ducha rápida para sacarme la sangre.

Al salir de la ducha me coloco lo primero que encuentro en la silla que está al lado de mi clóset, si esa donde siempre tiro la ropa.

Me coloque un vestido de flores que aún tenía la etiqueta de la tienda y baje directo a la entrada de casa.

La bici estaba aparcada en el césped como de costumbre pero la de mi hermana Liia no estaba, debe ser que se había ido antes que yo.

...

Al estar casi en la iglesia por la carretera iba tan rápido en la bici que pase en fijarme en el camino y casi choco con un chico que iba caminando por la esquina, al esquivarlo mis brazos titubearon y caí fuera de la carretera en el césped.

Carajo, Duele, duele mucho, me separo de la bici aún en el cielo y comienzo a limpiar la tierra de mis manos y veo cómo aquel chico se acerca hacia mi.

-¿Te ayudo? -me dice con voz calmada, tendiéndome la mano

Mi respuesta fue automática

-Si...

-Deberías tener más cuidado, podrías lastimarte de verdad- me dijo mientras me levantaba

-¿Esto no te parece una herida de verdad ?- se lo dije un poco irritada.

Mis rodillas estaban sangrando y mis manos estaban aún peor

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